lunes, 17 de marzo de 2014

EL CABALLO AMARILLO Estudio Bíblico

EL CABALLO AMARILLO
                                    Estudio Bíblico

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
Apocalipsis 6:7-8


Amados hermanos y estimados amigos todos en esta ocasión nos disponemos al estudio del cuarto caballo del apocalipsis 6. Con el mismo cerraremos esta serie sobre los cuatro caballos, que simbolizan los cuatro primero sellos con los que iniciarán los terribles juicios en los días de la gran tribulación.

Este caballo no es más que la compilación de los primeros tres sellos y los subsiguientes juicios que se vivirán durante los tres años y medio más terribles que haya vivido la humanidad.
Su nombre lo describe por si sólo; Juan declara que el nombre de aquel agente profético es MUERTE.
Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte
Apocalipsis 6:8

Esta perturbadora y  trágica revelación engloba lo terrible de los días venideros; La labor de este personaje resultará en la muerte de la cuarta parte de la humanidad.

La condenación les aguarda:
… y el Hades le seguía
                                         Apocalipsis 6:8

Aquel siniestro personaje le seguirá otro agente satánico al que Juan identificó como Hades. En muchos pasajes de las escrituras podemos fácilmente detallar lo que es este nombre.
Leamos:
Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades [nombre griego del lugar de los muertos…
Mateo 11:23
Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos…
Lucas 16:23

Estos son dos de muchos versículos donde se menciona el Hades; y como hemos podido leer este lugar es el mismo infierno. Un lugar de tormento que será el destino de la gran mayoría que muera en aquellos días según lo que Juan observó.
Sabemos por la escritura que Cristo tiene potestad sobre este agente y que no pueda obrar sin que Dios no se lo permita; pero recuerde hermano estos son días de juicios terribles; por eso El Señor permitirá todos estas calamidades.
…Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Apocalipsis 1:18


Medios para cumplir su propósito:
… y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
                                                            Apocalipsis 6:8

El caballo amarillo utilizará cuatro grandes armas para su obra; pasaremos a detallar cada una de estas. Recuerden que este es la globalización de la operación de los tres primeros caballos, por tanto debemos armonizar su labor con la de sus antecesores.

Con espada: Esto lo relaciona con el jinete del caballo rojo; para recordar a este personaje añadiremos un extracto del segundo estudio.
El caballo es símbolo de infantería, de ejércitos, de guerras. El color rojo es referente de la sangre, la violencia, la ira. Entonces podemos deducir que este personaje será el encargado de obrar los más grandes y violentos conflictos bélicos en la historia de la humanidad.
En este preciso instante en el que usted amado hermano y estimado amigo está leyendo este escrito, hay cañones apuntando desde todos los puntos de la tierra. Misiles, bombas nucleares y todo tipo de armamentos bélicos están listos para ponerse en actividad. La carrera armamentista es una trágica realidad en la mayoría de las naciones de la tierra; esta tensión generada por lo que Cristo llamó LOS RUMORES DE GUERRAS (Mateo 24:6); son una señal profética que inminentemente está por alcanzar cumplimiento en su punto más agudo. Basta que “un click” ponga en acción alguna de estas artillerías para que se desate la guerra más cruda de todas las épocas; todo influenciado por lo que Juan denominó EL CABALLO ROJO.
Hermano si usted ha seguido el desarrollo de la serie podrá recordar que el jinete del caballo rojo también tenía una espada en la mano; y en aquel estudio identificamos el significado de aquel símbolo. Leamos.
… y se le dio una gran espada.
Apocalipsis 6:4

Juan observó que este jinete del caballo rojo recibió una gran espada. Qué significado tiene esto?
Muchos escatologos tienen opiniones encontradas acerca de este símbolo; un grupo señala que estas son armas nucleares, el otro señala que es una bomba atómica. Personalmente me inclino por la primera hipótesis ya que en uno de los pasajes de las sagradas escrituras referente a esta guerra mundial se puede identificar fácilmente el uso de estos armamentos nucleares. Que dicho sea de paso ha sido un tema que ha traído discusiones parlamentarias con una participación manifiesta y extraordinaria de la ONU y que llegó al punto de un conato de guerra entre Irán y los Estados Unidos hace poco tiempo. Y aunque no se pudo corroborar la existencia de las mismas, tampoco lo pudieron negar. Pero por la profecía Bíblica sabemos que jugarán parte importante durante esta hecatombe, pues a Dios no se le podría pasar por alto un evento tan importante.
Leemos:
Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.
Zacarías 14:12

El conflicto nuclear será su primer movimiento y que además de generar muertes directamente por la guerra, también sus efectos secundarios traerán un daño inmenso como leeremos más adelante

Con hambre: Aquel ataque nuclear producirá que los alimentos y el agua para el consumo humano sufran daños irreversibles; o cuál traerán una hambruna terrible. Esto lo relaciona con el caballo negro. Leamos
Si usted ha seguido nuestra serie de estudio sobre estos cuatro caballos, podrá recordar que en el pasado artículo mencionamos que se desatará una guerra con armamento nuclear. El material radioactivo dañará las cosechas y sembradíos; la actividad agrícola se verá seriamente afectada. Esto sumado a que el agua (elemento importante en la siembra) estará inútil para el trabajo por su altísimo nivel de radiación.
Los arboles no producirán frutos comestibles, los alimentos marinos no se podrán consumir por su alto nivel de intoxicación, los productos agrícolas desaparecerán; es decir que la humanidad subsistirá con las reservas de enlatados y comida que tenga en sus anaqueles; lo cual es obvio que no les durará por siete años que es el tiempo de la gran tribulación.
Cristo hablando sobre las señales de su segunda venida no omitió este evento.
…y en diferentes lugares hambres
Lucas 21:11

Con mortandad: Esta será su gran comisión y el resultado de todo aquel desastre. Una tercera guerra mundial, contaminación de los alimentos y terribles pestilencias serán las noticias de aquellos días finales de esta edad.
La ciencia señala este tercer conflicto global como un suicidio mundial; Leamos lo que en su momento escribimos.
La humanidad desaparecerá debido a este conflicto y los que sobrevivan acarrearán los efectos secundarios propios de los elementos radioactivos. Hace unos años atrás luego del lamentable terremoto en Japón, una planta nuclear en Fukushima se vio afectada, lo cual causó la muerte de muchas personas, además de la de animales y la contaminación del medio ambiente y alimentos. Hasta la fecha las consecuencias siguen apareciendo. Si eso lo produjo una pequeña avería de solo una planta, CUALES SERÀN LOS RESULTADOS DE UNA LLUVIA DE BOMBAS DE HIDROGENO?
Bueno la escritura también arroja cifras:
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
Apocalipsis 9:15

A continuación citaremos varios artículos de prensa que reflejan las consecuencias de una guerra nuclear; rememorando además aquel lamentable suceso de la bomba en Hiroshima y Nagasaki
Leamos:
EFECTOS GLOBALES DE UNA GUERRA NUCLEAR

Ya se han explicado los efectos de una detonación nuclear y lo que supone para la población y el medio cercano que la soporta. Sin embargo, como ya se insinuó, los efectos globales de un conjunto de explosiones atómicas en un corto período de tiempo (menos de una semana), como en el caso de una guerra nuclear, desencadenarían un conjunto de efectos que se extenderían más allá de las zonas afectadas, sumándose y amplificándose hasta alcanzar magnitudes globales.

En el siguiente texto se expondrán las repercusiones conocidas de una guerra nuclear en diferentes apartados, teniendo siempre presente que el total es más que la suma de las partes, en la que además habría que añadir un conjunto de factores desconocidos y otros de segundo orden que, aunque despreciables a escala global, pueden ser muy importantes a escala local.

Datos de base: suposiciones a priori
Cuando se plantea una guerra nuclear se entra de lleno en el ámbito de la especulación, intentando predecir lo que podría o n o ser según una experiencia inexistente. Puesto que en este campo es imposible una experiencia previa que, sin duda, destruiría al experimentador y al objeto de estudio, nos es necesario intentar hacerlo lo mejor posible agarrando bien la poca base que nos sustenta y teniendo en cuenta que, puesto que es posible que una guerra nuclear ocurra mañana o pasado, las bases reales existen y cohabitan con nosotros. Hay que aplicar la lógica a un hecho que de por sí carece de ella.

Recreación de explosión nuclear
Así llegamos a la primera pregunta: ¿qué podría ocasionar una guerra nuclear?. La respuesta es bien compleja debido a lo insólito del arma; así, y según algunos estrategas, sería posible una guerra nuclear centralizada y restringida a un área, o un ataque fulminante que dejara al adversario sin poder contraatacar y hasta una sola detonación a modo de aviso como en Hiroshima.

Sin embargo, todos estos teatros de operaciones se ven restringidos por dos hechos, el primero es que una vez lanzada la primera bomba nunca se puede estar seguro que el enemigo (o un tercero) disparara también alegando venganza o sólo para equilibrar fuerzas. Se sabe cuándo se empieza pero no cuándo se termina.

El segundo factor importante que ya explicaré más tarde es que por encima de una pequeña potencia de la explosión los efectos secundarios se globalizan, de modo que el atacante y todos los demás reciben parte del ataque. Así, una detonación desencadenaría una pequeña guerra nuclear y ésta es en realidad la tercera guerra mundial y un holocausto nuclear.

Aunque no se puede decir con exactitud la potencia nuclear de todos los países, éstaincluye en casi el 99% a los EE.UU. y a la antigua URSS, (ver reportaje al respecto) alcanzando los 15.000 megatones. Aunque ya se dijo, no está mal recordar que un kilotón (kt) equivale a mil toneladas de TNT, y que un megatón (Mt) es mil veces más que la anterior: un millón de toneladas de TNT.
Siempre se cita como ejemplo los 12 kt de Hiroshima que acabaron con unas 150.000 personas.


Tipos de armas nucleares.-
El arma tipo de los EE.UU. es de 0´5 Mt., sin ser escasas las de 9 ó 20 Mt, siendo la mayor detonada de 60 Mt. en Novaya Zemlya (URSS) el 30 de octubre de 1961. Se distinguen generalmente dos tipos de armas nucleares según su uso:

Armas nucleares estratégicas: suelen ser las de mayor "megatonaje", y son las que se lanzan generalmente a objetivos determinados con bastante tiempo (ciudades, silos, muelles). Se admiten en esta categoría las situadas en submarinos, silos y bombarderos.

Armas nucleares tácticas o de teatro: suelen ser de pequeño calibre (decenas de kilotones) y son disparadas en misiones "a pie de guerra" desde baterías artilleras, cazas, cargas de profundidad o torpedos. Los objetivos podrían ser flotas, ejércitos o avanzadas.

No hay que olvidar que ésta es sólo una distinción teórica a modo de guía y que algunas veces se infringe. El número total de bombas estratégicas y tácticas ronda las 50.000, repartidas principalmente en las dos superpotencias tradicionales; en el resto de los países el "megatonaje" total es pequeño y está muy repartido en gran cantidad de bombas de pequeña potencia.

Aunque ya se dijo, las bombas nucleares, según su funcionamiento, se dividen en los siguientes tipos:

Fisión: Los átomos pesados de uranio, plutonio, polonio y otros en forma de isótopos o mezclados, se dividen liberando gran cantidad de energía. Es el caso de una bomba básica, como las que se lanzaron sobre Hiroshima o Nagasaki. Se las denomina bombas A.

Fisión-Fusión: perfeccionando las anteriores se llega a la conclusión de que las altas temperaturas generadas en la fisión pueden dar lugar a una fusión (unión) de átomos ligeros (deuterio, tritio) para formar helio. Aunque la energía liberada por la fusión es menor para cada unión de partículas que la producida por la fisión, para una misma masa de material existen muchísimas más partículas ligeras que pesadas. Así, para 0´5 Kg. de isótopos de hidrógeno se liberan 20 Kt., tres veces más que con el uranio. A estas bombas se las denomina termonucleares por la cantidad de calor necesario para producir la fusión; también se llaman bombas H.

Fisión-Fusión-Fisión: las dos primeras fases de este arma son como las de una bomba H normal, la diferencia es que los neutrones rápidos generados en la fusión chocan con una cubierta exterior de U-238 o uranio natural generando otra detonación que libera aún más radiactividad.

Bomba de neutrones: es un caso modificado de bomba H. En una bomba H normal el 50% de la energía es producida por la fusión y el otro 50% por la fisión. En una bomba H "limpia" o de neutrones menos del 50% de la energía es debida a la fisión, por lo que la radiactividad duradera se reduce, se ha llegado a rebajar este porcentaje hasta el 5%. Así, una pequeña bomba de neutrones produce poca destrucción por la onda expansiva o el pulso térmico, pero libera gran cantidad de neutrones que bombardean los alrededores induciendo radiactividad a los materiales con los que chocan durante un corto periodo de tiempo (48 h.), produciendo daños a las personas sin destruir el entorno. Es por eso que se entiende a estas bombas como bombas tácticas.


Disparo de artillería nuclear
En caso de guerra nuclear total sería raro que se detonara todo el arsenal, ya sea debido a fallos, destrucción de instalaciones o un ataque de sentido común. Por eso se suele tomar de 5.000 a 7.000 megatones como valor normal desencadenado en un conflicto total que detonaría de un tercio a la mitad del arsenal. La cantidad de bombas de fusión o fisión se repartiría al 50%.

Como es de imaginar, prácticamente la mayoría de las detonaciones se centrarían en el hemisferio norte, dejado el sur expuesto solamente a los efectos globales.

Los objetivos a cubrir ya han sido diferenciados por los estrategas según la manera de anular al enemigo:

Ataque antifuerzas: es el dirigido contra todo lo que constituya una amenaza militar, estarían incluidos aeropuertos estratégicos, silos de misiles, bases navales, arsenales, centros de comunicaciones, estaciones de alerta... y todo soporte para un ataque o defensa militar. Cabe observar que la mayoría de estos objetivos se hallan emplazados cerca o en ciudades. Dentro de éstos están los objetivos duros (silos de misiles, bunkers o instalaciones enterradas) que necesitan de una gran potencia detonada a ras de suelo o subterránea para producir algo de daño.

Ataque antivalores: Su objetivo lo constituyen todas las industrias de soporte de guerra, transporte, refinerías, instalaciones de energía, emisoras de radio o TV, y por extensión mano de obra. Resumiendo se puede concretar que este objetivo lo constituyen casi enteramente ciudades. Estos se denominan objetivos blandos, ya que aunque suelen ser extensos son fácilmente destruidos.

En ningún caso se ha contado con la extensión de material radiactivo debido a la destrucción de centrales nucleares, depósitos de residuos o misiles nucleares. Aunque este sería un factor inevitable, no hace falta tenerlo en cuenta para ver los efectos horribles que tendrían lugar sin tener que contar siquiera con la enorme radiactividad residual que darían.

En el mundo hay menos de 2.500 ciudades con más de 100.000 habitantes, lo que no supondría un reto inalcanzable en caso de conflicto nuclear, dejando aún un gran margen para el resto de objetivos (que ya no serían muchos). Si este fuera el caso, de principio la ONU estima el número de bajas en 1.100 millones (toda la población mundial de hace 250 años o la sexta parte de la actual) y otros tantos heridos que tendrían de por sí muy pocas posibilidades de sobrevivir a corto plazo. La mitad de la población humana moriría en unos días.

Tipos de guerra nuclear.-
Se han sugerido varios modelos de guerra atómica, tomando éstos como ejemplos teóricos para estudiar los efectos sobre el planeta:

1.- Caso de referencia, ataques antivalores y antifuerzas: 5.000 Mt. detonados en 10.400 explosiones, de los que un 57% serían en superficie y un 20% sobre objetivos blandos.

2.- Caso sólo antifuerzas: se supone que no hay grandes incendios al no verse implicadas ciudades, 3.000 Mt de los que un 70% son en superficie, de rangos de entre 1 a 10 Mt.

3.- Caso sólo antivalores: se detonan 100 Mt en las ciudades, la media de potencia en las bombas es de 100 Kt.

4.- Caso grave antivalores y antifuerzas: 10.000 Mt detonados un 15% en superficie, igual cantidad detonada sobre ciudades. La potencia oscila de 0´1 a 10 Mt.

Como ejemplo recordatorio diré que una explosión de 10 Kt detonada a una altura optima destruye los edificios o los deja irreparables a 1´6 km., y daña gravemente a los que están hasta a 2´4 km. La relación potencia-radio aumenta en proporción a la raíz cúbica. Así 10 Mt. es mil veces más potente que los 10 kt. del ejemplo anterior, las distancias se multiplican por diez . La propagación del pulso térmico depende de las condiciones meteorológicas, si se detona por encima de las nubes estas absorberán parte de ese calor.

Repercusión de los efectos primarios
La destrucción de los objetivos duros requiere detonaciones cerca del suelo que producen una pulverización instantánea de todo lo que se halle dentro de la bola de fuego que ascendiendo con el hongo se van haciendo radiactivas. La destrucción de ciudades requeriría detonaciones a mayor altura para extender los daños; así, lo que no quede estrujado, volatilizado o barrido se unirá al gran incendio resultante tras la explosión debido al pulso térmico y a la dificultad de apagar los incendios unido a los vientos que avivarían los pequeños fuegos. Se estima que en las ciudades industrializadas la cantidad de material combustible esta entre 40 kg/m2 hasta 200 kg/m2 en el centro de grandes ciudades. Por tanto las ciudades y sus cercanías se convertirían pronto en grandes incendios que elevarían a la atmósfera gran cantidad de cenizas. En las zonas de impacto (al igual que en Hiroshima) la temperatura bajaría inmediatamente después de la explosión y la oscuridad sería casi total entre los 30 y 60º de latitud norte (en el caso 1.6, de 10.000 Mt).

grafica temperaturas atmosfera

Está demostrado que para bombas menores de 100 Kt. las cenizas y polvo radiactivo no se elevan más halla de la estratosfera, de modo que tras unas horas o días cae de nuevo a tierra sin producir más daños que los una lluvia radiactiva (que no es poco).

Para valores mayores de 100 Kt. los polvos microscópicos y cenizas se instalan en la estratosfera, por encima de las nubes a más de 13 km, permaneciendo allí durante largo tiempo. Se alcanza el valor máximo 1 Mt. en donde la bola fuego se coloca por completo en plena estratosfera, allí su alta temperatura quema el nitrógeno (N) de la atmósfera que ataca químicamente al ozono (O3) destruyéndolo (creando óxidos de nitrógeno). El ozono es el que impide que los rayos ultravioletas lleguen a la superficie de la tierra y dañen a las especies vivas. Las columnas de humo producidas por incendios en ciudades se elevarían entre 1 y 7 km., un 5% de ellos serían tempestades de fuego, donde el humo llegarían a los 19 km. (dentro de la estratosfera). En los incendios no urbanos como mucho llegarían a los 5 km., y los de larga duración a los 2 km.

Así pues, tras las explosiones se tendrá un panorama en el que el caso elegido sólo tendrá repercusiones cuantitativas. Las partículas debidas a los incendios y detonaciones se colocarán en la estratosfera oscureciendo la luz del sol durante semanas o meses, de modo que la temperatura del planeta bajará varios grados. Una vez que la atmósfera se vaya aclarando la luz ultravioleta se empezará a filtrar hasta la superficie para dañar a la poca vida que aún resista. La buena noticia es que por muy grave que sea el conflicto no parece probable que se induzca una nueva era glacial.

grafica temperaturas 30 dias despues de la guerra
El umbral sobre el cual se hacen catastróficos los efectos globales es el de 100 Mt, repartidos en 1000 bombas de 0´1 Mt, y como veremos son debidos más a las cenizas de los incendios y detonaciones que a otros factores. Esto no significa que un ataque puramente antifuerzas (caso 1.1) no produzca un desastre climático, ya que seguro que si se lanzan 3.000 Mt se producirían incendios. Es lógico suponer que el umbral no es una barrera antes de la cual no pasa nada y tras ella sí, los efectos se van agravando de manera progresiva según nos acercamos a ella y son muy graves al rebasarla.

Invierno nuclear
Tenemos experiencia sobre los efectos que producen un pequeño cambio de temperatura global. En 1815 la erupción del volcán Tambora en Indonesia produjo un descenso de 1º C en todo el planeta debido a la proyección de ceniza volcánica a la atmósfera. Los fríos durante el siguiente año dieron en Europa y EE.UU. el nombre de año sin verano. Las repercusiones van más allá de abrigarse un poco, ya que con ese pequeño cambio todo el cultivo de maíz en Canadá se perdería (es uno de los mayores exportadores, junto con EE.UU.). Pequeños cambios globales producen enormes repercusiones locales. Un cambio de 1º C es lo máximo que sufre el planeta en miles de años, durante las glaciaciones las temperaturas bajan hasta 10 ºC, pero de manera gradual durante siglos, dando tiempo a las especies a aclimatarse.

En caso de un invierno nuclear la temperatura global baja de manera drástica en días, desde 10ºC en el caso más modesto (1.1) hasta 50ºC en el más severo (1.7).

Esto es debido a que las negras cenizas microscópicas producidas los incendios y detonaciones se situarían en la alta atmósfera, libres de la lluvia o corrientes, así que irían cayendo de manera muy lenta mientras en la superficie la oscuridad haría descender la temperatura e impidiendo la fotosíntesis de las plantas. En los casos 1 y 1.4 la luz sería como si el día estuviera muy cubierto para llover, así durante más de dos meses. En los casos 1 y 1.7 la luz sería del 0,1% durante un año para ir recuperándose poco a poco.

Al estudiar un ecosistema nos damos cuenta que está interrelacionado con los inmediatos, de modo que da y toma recursos de los demás. Sin embargo no es simplemente un intercambio, un círculo vicioso de recursos que cambian de manos, porque a su vez todo el planeta y cada una de sus partes necesitan de un aporte de energía exterior, y esta es la luz del sol. Las plantas (y otros organismos análogos) tienen la misión planetaria de recoger esta energía y convertirla en algo potable para el resto de los seres. Así que, si quitamos la luz del sol, las plantas sucumben, las especies que dependen de ellas también y los depredadores con ellos. Nuestro planeta es una gran célula fotobiológica que convierte la luz del sol en material biológico.

grafica temperaturas 120 dias despues de la guerra
Pero además el Sol es el motor fisico-químico que mueve y da dinamismo al planeta, ya que gracias a su calor se produce al ciclo de agua, las corrientes atmosféricas y la temperatura necesaria para la vida. Así las especies dependemos de los servicios gratuitos que nos da el planeta a través del Sol: agua potable renovable, composición de la atmósfera, renovación de los nutrientes, eliminación de residuos, generación y conservación de los suelos y una gran biblioteca genética constituida por todas las especies del planeta que habitan cada nicho ecológico y sacan de él el mayor rendimiento.

Los grandes incendios por sí solos ya causarían el mayor daño al planeta: las nubes de polvo microscópico negro ocultarían la luz del Sol, grandes nubes de humo y gases tóxicos de la combustión de ciudades e industrias ahogarían la superficie, la luz ultravioleta que terminaría por filtrarse dañando el ADN de las especies, escape de sustancias tóxicas que contaminarían el suelo y las aguas. Todo esto ocurriría de manera casi simultanea, siendo la suma mucho más que cada una de las partes, extendiéndose además por todo el planeta.

Un efecto determinante en la destrucción del ecosistema planetario es el producido sobre las plantas verdes, que son la base de la vida y las más afectadas por el frío y la oscuridad. Es de suponer que las más afectadas serían las menos aclimatadas al frío. Los bosques tropicales serían los primeros en desaparecer, y aunque las plantas de las zonas frías están hechas al frío, un descenso brusco podría ser letal. Una reducción del 5%de la luz solar es suficiente para detener el crecimiento de la planta, y un 10% reduce considerablemente la fotosíntesis. Para el caso de 10.000 Mt la luz se reduciría hasta un 1% durante más de un mes en el hemisferio norte, alcanzando el 50% a los 8 meses. Si la temperatura media del planeta son 13º C descendería hasta –40ºC en la parte templada del hemisferio norte durante 4 meses, llegando a -3ºC al cabo de un año.

Temperatura en las supericies continentales
De esto se deduce que la peor de las circunstancias posibles es la de una guerra nuclear en la época de crecimiento vegetal o poco antes, siendo entonces muerta prácticamente toda la vegetación del hemisferio norte. Si fuera en la época de aletargamiento el daño sería menor pero siempre enorme, impidiendo que la fase posterior de crecimiento fuera bueno; además, un invierno más frío sí afectaría árboles perennes (por ejemplo los frutales).Sea cuando fuera, los trópicos están acostumbrados a temperaturas prácticamente estables, así que un descenso brusco sería fatal en todos los casos. Los efectos del frío en las costas sería más moderado debido al efecto regulador térmico de los océanos, aunque se verían barridas por tormentas brutales debidas precisamente a esa diferencia de temperatura entre la tierra y el mar.
ADEMÁS DEL FRÍO Y LA OSCURIDAD

Un factor muy importante al evaluar los efectos de una guerra nuclear son los sinergismos, es decir, el conjunto es mucho más que la suma de sus partes. Un buen ejemplo es que el sistema inmunológico humano se ve seriamente dañado cuando se superpone la radiacción ionizante instantánea y la debida a la ceniza radiactiva como la exposición a la luz ultravioleta. El frío y la oscuridad acabarían con muchos mamíferos y casi todas las aves, así que millones de cadáveres en descomposición facilitarían la aparición de enfermedades que atacarían a los ya de por sí débiles. La ausencia de depredadores haría a los insectos (que son muy resistentes) multiplicarse, consumiendo la poca vegetación que quedase; además, ese aumento de luz ultravioleta (hasta se cuadruplicaría) dejaría ciegos a muchos mamíferos, impidiéndoles ver aún después de que hubiera luz, abocándoles a una muerte lenta. Los sinergismos actúan de manera favorable cuando las cosas van bien, y empeoran las cosas cuando todo va mal.


Temperatura global actualmente
Gráfico de temperatura global actualmente
(En gris temperatura media inferior a -3º C)
Los óxidos de nitrógeno inyectados a la atmósfera por las bolas de fuego habrían acabado hasta con el 50% de la capa de ozono, que se recuperaría mucho después de que la atmósfera fuera de nuevo transparente. La reacción de las plantas ante un aumento de la luz ultravioleta es el de reducir la fotosíntesis, este efecto se multiplica por dos o tres si han permanecido largo tiempo en penumbra. De modo que aunquela luz y el calor llenen de nuevo el planeta las plantas supervivientes tardarán meses en volver a producir.

El descenso de las temperaturas causaría un congelamiento del agua continental, salvándose los mares tanto por su concentración de sal como por su efecto atenuante de la temperatura. Así tendríamos ríos y lagos congelados hasta en 1´5 m. Estas variaciones de temperatura detendrían el ciclo del agua, matando tanto lo que se hallara en la aguas congeladas como fuera.

El mar no sufriría apenas por la caída de temperatura, sin embargo la luz es imprescindible para la vida del plancton y algas, que son la base de la vida oceánica, también el aumento de la luz ultravioleta inhibe el crecimiento del fitoplancton. Las tempestades debidas a las diferencias de temperatura tierra-mar harían también difícil la vida a las especies costeras.

Cálida lluvia de polvo radiactivo
Y por si todo lo anterior no era poco, aún queda tener en cuenta que gran parte de ese polvo en suspensión a baja altura es radiactivo. Este caería rápidamente en forma de lluvia radiactiva contaminando con dosis letales la tierra durante las primeras 48 h. Hasta un 30% de la tierras del hemisferio norte recibirían más de 500 rems, acabando con la mitad de los adultos sanos que hubiera. Poca gente sana quedaría tras las primeras horas, así que esta radiación remataría a más del 50% de supervivientes, dejando secuelas a casi todo habitante del planeta: baja resistencia a las enfermedades, alta probabilidad de cáncer, mutaciones y malformaciones. La radiación media de fondo en todo el planeta sería superior a 100 rems y en el hemisferio norte mayor a 200 rems.

Temperatura global 2 dias despues de comenzar la guerra
Gráfico de temperatura global 2 días después de comenzar la guerra
La resistencia a la radiactividad varía según las especies, así las aves, los mamíferos y las coníferas son los más sensibles, siendo por lo general más resistentes los organismos más sencillos y de más corto ciclo reproductivo, entre los que se encuentran los que causan enfermedades (virus y bacterias).

Además las primeras lluvias que llevarían radiactividad a la tierra también arrastrarían los compuestos químicos residuales de los incendios de las ciudades, estos sería un amplio conglomerado de productos tóxicos como cloruros de vinilo, furanos y piroexenos procedentes de las comodidades de la sociedad moderna: plásticos, textiles, residuos, combustibles... Así la lluvia sería además lluvia ácida concentrada, una zancadilla más para los seres vivos.

Las sustancias radiactivas con las cenizas sedimentadas que cubrirían los campos, calles y edificios sería muy parecidos a los que se ve en las erupciones volcánicas, salvo que este contendría los siguientes elementos durante un determinado tiempo: I 131 (8 días), Ru 106 (1 año) , Sr 90 (30 años), Ca 137 (30 años) y Cs 130 (30 años). Esto daría 500 rems como media en el hemisferio norte durante el primer día, 100 rems hasta el primer mes y 10 rems hasta pasado un año. En el hemisferio sur serían menores los efectos a corto plazo (100 rems el primer mes) pero muy parecidos los de largo plazo.

Cuando por fin se ve lo que queda
Si alguien quedara para ver lo que queda no agradecería su suerte. Los pozos de petróleo, minas de carbón y turberas continuarían ardiendo durante meses o años, un 5% de la tierra del hemisferio norte sería sólo cenizas. La erosión del suelo por falta de vegetación causaría inundaciones y avalanchas de barro y despojos. Las aguas y la tierra estarían contaminadas, no habría nada que comer o beber, y lo que quedase estaría seriamente contaminado.

Temperatura global 10 dias despues de comenzar la guerra
Gráfico de temperatura global 10 días después de comenzar la guerra
No se puede imaginar el estado psicológico de los supervivientes de una guerra nuclear, pero el pasar de una vida cómoda a la más absoluta soledad y desamparo en semanas (incluso los más desfavorecidos lo verían así) sería para volver a cualquiera loco o por lo menos para caer en la más honda de las depresiones, quizás hasta un estado de postración absoluto en espera de la muerte.

Los que saldrían algo mejor parados serían las especies carroñeras, rodeadas de gran cantidad de cadáveres su número se multiplicaría vertiginosamente. Así la fauna del "día después" serían unas orondas ratas, cucarachas y moscas.

Se piensa generalmente en lo que harían los supervivientes de una guerra nuclear, aunque hemos visto que en realidad no serían muchos por no decir ninguno. Sin embargo, si la guerra fuera pequeña y poniéndonos en el mejor de los casos, la supervivencia sería posible (aunque desagradable) y dependería en gran medida del nivel de destrucción alcanzado. En cualquier caso veremos qué les esperaría, teniendo en cuenta que aunque la guerra se situara sobre todo en el hemisferio norte, el sur se vería también afectado, aunque menos en los efectos más inmediatos, igualmente en los de medio y largo plazo.

Si pensamos en los bancos de semillas y almacenes de grano, veremos que por estar cerca de la ciudad o cultivos seguramente habrían ardido. Las semillas que permanecieran bajo tierra estarían relativamente a salvo, ya que las altas temperaturas debidas atormentas de fuego las dañarían también. Los medios de transporte de recursos se hallarían casi por completo destruidos, por lo que cada grupo se las tendría que apañar como pudiera.

Los supervivientes tendrían que subsistir de lo que ellos mismos pudieran plantar o criar. Tendrían que buscar suelos adecuados y no contaminados, y recurrir a plantar lo que más a mano tuvieran, ya que la variedad genética sería mínima. Hasta que el clima se restableciera el tiempo sería impredecible y extremo, además las plantas necesitan de otras cosas como polinización, microorganismos y ausencia de plagas, así los primeros cultivos darían resultados poco provechosos. Las zonas más afectadas serían los trópicos en donde la perdida de los ecosistemas haría muy difícil una resurrección de la cultura humana. La búsqueda desesperada de recursos o nuevas tierras de cultivo daría como resultado otra agresión al ecosistema ya muy dañado.

Si pensasen en el mar como medio de sustento verían como su producción estaría muy mermada, además las tempestades, mal estado de la mar y falta de combustible para la navegación moderna haría también difícil la subsistencia también las costas.

El hombre actual, en la mayoría de los casos, no conoce ni el medio natural ni cómo alimentarse de él, tampoco las técnicas más rudimentarias la tecnología (como obtener telas o herramientas), así que aunque los ecosistemas permitieran la vida humana, a duras penas si sabríamos aprovecharla.

La vida sería una vuelta a la prehistoria, en la que la mejor civilización humana se vería reducida a un conjunto de grupos de cazadores-recolectores en las islas del pacífico. Una civilización avanzada tras una seria guerra nuclear sería imposible ya que nuestros antepasados se sirvieron de recursos que tenían casi al alcance de la mano, así se comenzaron a usar los minerales (carbón, petróleo, cobre...) extrayéndolos de lugares en los que eran accesibles y abundantes. Tales sitios ya no quedan en el planeta, para obtener estos mismos minerales se requieren minas profundas y elaboradas tareas de refinado y purificación. Tras una era del reciclado y uso de materiales sobrantes de la civilización actual ya tan sólo se podría esperar una cultura prehistórica o clásica a lo sumo, la evolución de la humanidad detenida para siempre por sí misma mediante una guerra nuclear.

EFECTOS DE UNA EXPLOSIÓN NUCLEAR
destructivo provocado por la onda de choque, mientras que las nucleares tienen muchos, siendo cinco los principales:
Los terribles efectos en las personas.
Radiación nuclear inicial: la altísima temperatura y la elevada presión que se genera en el interior de la explosión emiten radiación en todas las direcciones. Esta se compone de rayos alfa, beta y gamma, que son una forma de radiación electromagnética de alta energía que puede causar la muerte sin que el individuo se de cuenta de que ha sido irradiado. Una explosión de un megatón (de tamaño estándar) mataría a todo ser humano en 15 km. a la redonda que se encontrase al aire libre.

Deformidades producidas por la radiación
Las partículas alfa son idénticas a un núcleo de helio, son las que mas larga vida tienen, unos mil años, pero su poder de penetración en la materia es poco, por tanto son las menos peligrosas ya que los que son irradiados por ellas suelen estar cerca del punto cero, y por tanto ya no han de preocuparse por la radiación. Con 45 cm. de tierra se consigue reducir la radiación veinte veces.

Las partículas beta penetran más, siendo suficiente 38 cm. de pared de ladrillo para reducir a un quinto la radiación (una pared moderna ya espesa se compone de 1 pie de ladrillo más cámara más aislante más ladrillo hueco y yeso, que suele quedarse en los 37 cm.).

Los de más poder de penetración son las gamma, y por tanto los más peligrosos ya son los que se introducen en los refugios nucleares aún con grandes espesores de hormigón. La única protección eficaz es la de interponer grandes masas de material, mejor cuanto más denso, siendo el ideal el plomo, ya que pasa por los materiales como la luz por una tela, si esta es mas densa mayor cantidad de chocará con ella y no la traspasará. Para reducir la dosis a un veinteavo se precisan 30 cm. de hormigón armado.

Pulso electromagnético: La intensa actividad de los rayos gamma genera mediante inducción una corriente de alto voltaje sobre antenas, vías férreas, tuberías... , que destruye todas las instalaciones eléctricas de una amplia zona si la explosión se efectúa a gran altura. Una detonación de muchos kilotones a 200 km. sobre Omaha (Nebrasca) destruiría todos los circuitos eléctricos integrados de toda Norteamérica y parte de Méjico y Canadá.

Ante el riesgo de una detonación nuclear es conveniente alejarse de líneas eléctricas y vías férreas, ya que la corriente  inducida puede electrocutarnos. Pulso térmico: al expandirse la bola de fuego el aire circundante absorbe energía en forma de rayos X y la irradia en forma de una luz cegadora y un intensísimo calor. Una bomba de 20 Megatones produciría una intensa luz durante 20 segundos y causaría quemaduras de segundo grado a cualquier persona expuesta a 45 Km. de distancia. Onda de choque: La rápida expansión de la bola de fuego genera una onda de choque como cualquier explosión, pero de una potencia muy superior, ya que puede aplastar o barrer edificios dañándolos muy seriamente o destruyéndolos por completo, ya que más que "empujar" por su duración lo que hace es estrujar.

Prueba nuclear en el océano.
Efectos de la bomba de Hiroshima
Una bomba de 20 megatones no dejaría en un radio de 20 Km. más que escombros, sólo se salvarían las cimentaciones y construcciones enterradas. Primera lluvia radiactiva o lluvia radiactiva local: una explosión de 20 megatones aras de suelo produciría un cráter de 183 m. de profundidad, la elevada temperatura vaporiza todo lo que se encuentra dentro de la bola de fuego, todo se funde con los materiales radiactivos de la fisión o fusión y se eleva con el hongo para luego precipitar en forma de finas cenizas. Esto ocurrirá durante las 24 h. siguientes a la explosión y afectará a una región más o menos amplia para una misma potencia, según la climatología. El fenómeno se amplia considerablemente si la detonación se produce cerca del suelo.

La energía liberada por esta lluvia es de un 5% del total, aunque no se suele considerar al indicar la potencia de un arma nuclear. Estos son los denominados efectos primarios que no son los más destructivos; los denominados secundarios, como incendios en masa que acabarían con los pocos supervivientes y matarían a más que el pulso térmico y la onda de choque. Además, caso de que se lanzaran muchas bombas nucleares sus efectos secundarios serían mucho más graves que la suma de ellos por separado, afectando a la totalidad del planeta y la biosfera, a estos se les denomina efectos globales secundarios, producidos por unos 10.000 megatones mínimos para considerar un holocausto como tal.


Onda de choque
El primero de estos efectos es que la radiactividad liberada en caso de holocausto penetraría en todos y cada uno de los seres vivos (y en el mar, la tierra y el aire). Mientras que en dosis altas (según la especie) produciría la muerte, en otras más bajas los efectos serían de lo más variados (mutaciones, esterilidad...) El segundo sería que los materiales impulsados por las detonaciones se elevarían hasta la troposfera donde ocultarían la luz del sol durante meses o años, haciendo bajar la temperatura de la tierra y alterando la fotosíntesis de los vegetales y el plancton marino: sería el famoso invierno nuclear. Además estos materiales radiactivos irían cayendo durante meses o años convirtiéndose en una lluvia radiactiva global que, aún con menos dosis radiactiva que una lluvia provocada por una bomba, sería global. Entre los trescientos productos radiactivos algunos son inofensivos a las pocos segundos u horas, pero otros son perjudiciales durante miles o millones de años.

Ese 5% de energía liberada por la lluvia radiactividad en una bomba es poco, pero en los 10.000 megatones de un holocausto suponen ya 500 megatones que irán "estallando" durante miles de años después de la catástrofe.

Impresionante explosión
El tercero sería una reducción en la capa de ozono producida por el óxido de nitrógeno generado por las bolas de fuego, de modo que la radiación solar que llegase a la tierra sería mortal. Un 70% del ozono desaparecería en el hemisferio norte y un 40% en el sur, siendo necesarios 30 años para recuperar su estado normal.

Han de existir muchos más efectos de los conocidos; sin embargo, debido a la complejidad del planeta es posible que nunca los descubramos todos, ya que la única manera de conocerlos es que ocurran, pero entonces estaríamos muertos...
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Hiroshima: 8:15 a.m. del 6 de agosto de 1945

El 6 de agosto de 1945, la ciudad japonesa de Hiroshima, situada en Honshu, la isla principal del Japón, sufrió la devastación, hasta entonces desconocida, de un ataque nuclear. Ese día, cerca de las siete de la mañana, los japoneses detectaron la presencia de aeronaves estadunidenses dirigiéndose al sur del archipiélago; una hora más tarde, los radares de Hiroshima revelaron la cercanía de tres aviones enemigos. Las autoridades militares se tranquilizaron: tan pocos aviones no podrían llevar a cabo un ataque aéreo masivo. Como medida precautoria, las alarmas y radios de Hiroshima emitieron una señal de alerta para que la población se dirigiera a los refugios antiaéreos.
A las 8:15, el bombardero B-29, “Enola Gay”, al mando del piloto Paul W. Tibblets, lanzó sobre Hiroshima a little boy, nombre en clave de la bomba de uranio. Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. En minutos, una columna de humo color gris-morado con un corazón de fuego (a una temperatura aproximada de 4000º C) se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura. Uno de los tripulantes de “Enola Gay” describió la visión que tuvo de ese momento, acerca del lugar que acaban de bombardear: “parecía como si la lava cubriera toda la ciudad”.

Tokio, localizado a 700 kilómetros de distancia, perdió todo contacto con Hiroshima: hubo un silencio absoluto. El alto mando japonés envió una misión de reconocimiento para informar sobre lo acontecido. Después de tres horas de vuelo, los enviados no podían creer lo que veían: de Hiroshima sólo quedaba una enorme cicatriz en la tierra, rodeada de fuego y humo.

Nagasaki: 11:02 del 9 de agosto de 1945

Después de la explosión sobre Hiroshima, los norteamericanos esperaban la rendición inmediata de Japón. Pero esto no sucedió. El alto mando japonés dio por hecho que los Estados Unidos sólo tenían una bomba atómica y, ya que el daño estaba hecho, se mantuvieron en armas. Sin embargo, esta actitud de los japoneses fue prevista por los estadunidenses y, para demostrar que tenían más bombas y de mayor fuerza destructiva, arrojaron una segunda bomba.
El 9 de agosto, a las 11:02 de la mañana, el espectáculo de la aniquilación nuclear se repitió en Nagasaki, situada en una de las islas menores de Japón llamada Kyushu. El bombardero B-29, “Bock’s Car”, lanzó sobre esa ciudad industrial a fat boy, una bomba de plutonio, con la capacidad de liberar el doble de energía que la bomba de uranio.


Avión desde el que se lanzó el primer ataque nuclear sobre la ciudad de Hirosima.
Cinco días después, los japoneses se rindieron incondicionalmente ante las fuerzas aliadas. Con ello, la Segunda Guerra Mundial, que empezó en 1939, se dio por terminada.


Más de 140.000 personas murieron calcinadas al instante como el niño de la fotografía.         
Tormentas de Fuego

Las bombas nucleares devastaron Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, los efectos del bombardeo sobre cada ciudad no fueron iguales: la situación geográfica de cada lugar influyó sobre el grado de destrucción. En Hiroshima, emplazada sobre un valle, las olas de fuego y radiación se expandieron más rápidamente y a mayor distancia que en Nagasaki, cuya orografía montañosa contuvo la expansión de la destrucción.

Dos kilómetros a la redonda de donde explotaron las bombas, la catástrofe fue absoluta: el fuego y el calor mataron instantáneamente a todos los seres humanos, plantas y animales. En esta zona no permaneció en pie ni una sola edificación y se quemaron además las estructuras de acero de los edificios de concreto. Las ondas expansivas de la explosión hicieron estallar vidrios de ventadas situadas incluso a 8 kilómetros del lugar de la explosión. Los árboles fueron arrancados desde la raíz y quemados por el calor.

En algunas superficies, como los muros de algunos edificios, quedaron plasmadas las “sombras” de carbón de las personas que fueron desintegradas repentinamente por la explosión.

El fuego se apoderó de las ciudades, especialmente de Hiroshima, donde se formó una “tormenta de fuego” con vientos de hasta 60 kilómetros por hora. Había incendios por todas lados. Miles de personas y animales murieron quemados, o bien sufrieron graves quemaduras e incluso heridas por los fragmentos de vidrio y otros materiales que salieron disparados por la explosión. Las tejas de barro de las casas se derritieron y la gran mayoría de las residencias de madera ardieron en llamas. Los sistemas telefónicos y eléctricos quedaron prácticamente arruinados. Se calcula que en Hiroshima desaparecieron cerca de 20 mil edificios y casas, y en Nagasaki quedó destruida el 40% de la ciudad.

Los daños fueron inenarrables, pero la verdadera tragedia fue la pérdida de vidas humanas. Hiroshima, con una población de 350 mil habitantes, perdió instantáneamente a 70 mil y en los siguientes cinco años murieron 70 mil más a causa de la radiación. En Nagasaki, donde había 270 mil habitantes, murieron más de 70 mil antes de que terminara el año y miles más durante los siguientes años. Se calcula que en total murieron cerca de 250 mil personas. La mayoría murió en el acto pero otros yacían retorciéndose en el suelo, clamando en su agonía por el intolerable dolor de sus quemaduras. Quienes lograron escapar milagrosamente de las quemaduras de la onda expansiva, murieron a los veinte o treinta días como consecuencia de los mortales rayos gamma. Generaciones de japoneses debieron soportar malformaciones en sus nacimientos por causa de la radiactividad.

Deambulando como Fantasmas

Según los testimonios de quienes presenciaron la devastación, los sobrevivientes de la explosión parecían fantasmas que deambulaban entre cenizas y humo. Fantasmas sin pelo, pues se les quemó en la explosión, o fantasmas ciegos, que lo último que vieron fue el resplandor nuclear. Como la mayoría de los médicos y enfermeras estaban muertos o heridos, mucha gente herida no tenía a dónde ir, así que permanecían frente al lugar donde estuvo su casa, desolados. La gran mayoría de los habitantes de Hiroshima y Nagasaki estuvieron expuestos a la lluvia radioactiva y las consecuencias de esta exposición sobre sus cuerpos no fueron perceptibles de inmediato, en muchos casos pasaron días, meses y hasta años antes de que es manifestaran los síntomas del daño.

El efecto psicológico inmediato a la destrucción fue la parálisis. La población entró en una especie de inacción. La limpieza de las ciudades y el rescate de cuerpos se organizó en algunos sectores hasta algunas semanas después de la explosión. Otro de los efectos que causó la explosión fue la sensación de terror constante.


Los supervivientes sufrieron grandes quemaduras y la mayoría murieron a causa de la radiación tiempo después.
La incursión de un solo avión en el cielo provocaba el pánico colectivo. En la conciencia histórica de Japón, la explosión de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki dejó una cicatriz imborrable.


La onda expansiva fue tal que la sombra de la gente calcinada quedaba impresa en el suelo.  
¿Por qué se usó la Bomba?

Harry Truman fue el presidente norteamericano que tomó la decisión de lanzar la bomba atómica sobre Japón. Tanto Truman como el aparato militar y gubernamental alegaron que el uso de la bomba atómica ayudó a salvar miles de vidas, mismas que se hubieran perdido si la guerra hubiera continuado durante más tiempo. Otro argumento fue que los alemanes estaban desarrollando una bomba atómica que hubiera sido usada contra los aliados, si éstos no se hubieran adelantado a usarla en contra de Japón. También dijeron que las bombas atacaron exclusivamente blancos militares, dado que Nagasaki era una ciudad industrial donde había una acerera y una fábrica de torpedos.

Asímismo, la memoria de Pearl Harbor sirvió de justificación. El 7 de diciembre de 1941 los japoneses habían tomado por sorpresa a los estadunidenses, atacando el puerto de Pearl Harbor. Ese día se hundieron 19 barcos y murieron cerca de 2 mil 400 soldados y marineros. El 6 y 9 de agosto de 1945, los norteamericanos sorprendieron a los japoneses, destruyendo las ciudades de Hiroshima y Nagasaki con dos bombas nucleares. Sin embargo, el saldo de muerte entre los japoneses fue de 240 mil personas, 100 veces el daño causado en Pearl Harbor.

Los móviles, por supuesto, fueron políticos. Se buscaba la rendición total del Japón antes de que la Unión Soviética entrara de lleno a la guerra en Asia, y el país socialista fortaleciera su posición sobre esta zona. El 8 de Agosto de 1945 un millón y medio de rusos ataca Manchuria desde Siberia y lográ una victoria absoluta, en esta batalla "solo" se perdió la vida de 12.000 soldados rusos y 24.000 heridos.

Estados Unidos sabía que si usaba la bomba atómica no sólo inicidiría determinantemente sobre la guerra, con el resultado a su favor; sino que la posesión de un arma con la capacidad de exterminio de una bomba nuclear lo colocaba a la cabeza de las naciones del mundo. El uso de la bomba fue una demostración de poder tan efectiva, que sus efectos disuasivos se han prolongan hasta nuestros días.
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Con las fieras de la tierra: Estas fieras no son ni tigres, ni leones, son aves. Eso lo probaremos con la escritura.
Leamos:
Las aves de los cielos comerán las carnes de parte de los soldados y caballos caídos para ayudar a la desaparición de cadáveres caídos durante la tercera guerra mundial y evitar una epidemia.
Y tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Di a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de Israel; y comeréis carne y beberéis sangre. Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes y de toros, engordados todos en Basán. Comeréis grosura hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas que para vosotros sacrifiqué. Y os saciaréis sobre mi mesa, de caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra, dice Jehová el Señor.
Ezequiel 39:17-20

Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.
Apocalipsis 19:17-18

                            Conclusión:
Se asocia con la muerte misma. De hecho, el jinete del "caballo amarrillo" se llama "Muerte".
B.  "El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía."
1.  El jinete del "caballo amarrillo" se llama "Muerte".
a)  Tiene "potestad... para matar" la "cuarta parte" de los seres humanos. ¿Quién le concede este poder? Dios. ¿Por qué? Para seguir llevando a cabo la sentencia de castigo sobre los humanos fijada a causa de su rebeldía espiritual e impenitencia.
b)  Su temeroso nombre “Muerte” se deriva de su misión y acción principal, a saber, ¡matar! Matar al 25 % de los seres humanos.
2.  El "Hades"es el lugar adonde van las almas de las personas que mueren. En la sombría proyección visual que contempla el apóstol Juan, el Hades se personifica, siguiendo a Muerte.
a)  Ya que el Hades sigue a Muerte, en el cuadro del Cuarto Sello figura, por inferencia razonamos, otro caballo que lleva a Hades en sus lomos. Este jinete “Hades”  va recogiendo las almas que moraban en los cuerpos físicos cuya vida material fue segada por "Muerte" (2 Corintios 5:1-10).
b)  Esta escena armoniza perfectamente con los demás textos del Nuevo Testamento donde se trazan los temas de la "Muerte" y del "Hades" (Lucas 16:19-31; Hechos 2:27, etcétera).
c)  Cristo enseña que el Hadesse compone de dos partes, a saber: el "Paraíso" para los que "mueren en el Señor" (Lucas 23:43-44; Apocalipsis 14:13) y el "Tártaro"("lugar de castigo")para los que mueren sin haberse preparados para heredar la vida eterna (Lucas 16:19-31).
(1)  ¿A cuál región van las almas de los seres segados por el jinete del "caballo amarrillo"? No se revelan detalles al respecto en la visión del Cuarto Sello.
(2)  Las víctimas del jinete “Muerte” fallecen prematura y violentamente. De encontrarse entre ellas cristianos auténticos, estos son llevados al Paraíso. En cambio, los pecadores terminan en el Tártaro.
(3)  El hecho de que el Hades sigue, según esta visión, a “Muerte”, prueba que el Hades no dejó de existir cuando Cristo resucitó. Los siguientes textos también sostienen esta conclusión:
(a)  Según la visión de Apocalipsis 1:18, el Cristo resucitado y glorificado se presenta entre las siete iglesias, teniendo en su haber las "llaves de la muerte y del Hades". Claramente, se implica que el Hades sigue existiendo después de la glorificación de Cristo. De no existir el Hades después de la glorificación de Cristo, ¿por qué afirmar el Señor mismo poseer las “llaves… del Hades”? “…mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las laves de la muerte y del Hades.”
(b)  Según Apocalipsis 20:13, el Hades no entrega sus muertos hasta el tiempo de la Segunda Venida de Cristo. “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que habían en ello; y fueron juzgados cada uno según sus obras.”
(c)  Según Apocalipsis 20:14, el Hades deja de ser cuando es lanzado al lago de fuego, evento que ocurre después de la Segunda Venida de Cristo. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” Así que, el Hades es destruido eternamente al conquistar Cristo a su último enemigo, la muerte. “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).
B.  "La cuarta parte de la tierra."
1.  La "potestad... para matar" que recibe el jinete del "caballo amarrillo" es limitada al 25% de los habitantes de la tierra.
a)  "La cuarta parte" se entiende simbólicamente, representando, a nuestro entender, una "parte" sustancial de los seres humanos pero, no una mayoría.
b)  Abundantes evidencias del pasado y del presente confirman que más o menos el 25 % de los seres humanos mueren por las causas señaladas en el Cuarto Sello: espada, hambre, mortandad y el acoso de criaturas salvajes.
2.  "De la tierra." De toda la tierra, es decir, de toda la población del planeta, y no de alguna porción limitada, tal como Israel o el Imperio Romano.
C.  "Para matar con espada."
1.  “Espada”, o sea, todo instrumento de guerra o crimen.
2.  Al jinete del "caballo bermejo" le fue dada "una gran espada" (Apocalipsis 6:4). El jinete del "caballo amarrillo" también recibe una espada, pero la suya no se describe como "grande".
D.  "Para matar... con hambre."  Dejar a muchos seres humanos sin el alimento necesario para conservar la vida del cuerpo físico.
E.  "Para matar... con mortandad."
1.  "Mortandad. Gran número de muertes, ocasionadas, por ejemplo, por una epidemia o en una batalla" (Diccionario de uso del español, Tomo 2, Página 459).
2.  En toda época de la historia humana, no exceptuándose la Era Cristiana, pestilencias, plagas y epidemias han causado la muerte de muchos, muchos millones de personas, y siguen brotando aun en el presente, a pesar de impresionantes avances científicos. (Tomado de un escrito de un siervo de Dios)

Amados hemos finalizado con la ayuda del Señor esta serie sobre LOS CUATROS CABALLOS DEL APOCALIPSIS, esperamos que sea de mucha bendición y que lo puedan compartir. Creemos que será una voz de alerta.
Se despide en el Señor
Tu amigo y Hno. David Criollo
Dios te bendiga !!!


Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Lucas 21:36

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