sábado, 25 de julio de 2015

Cuando la voluntad de Dios nos lleva por el camino difícil


El camino del evangelio es un camino de trabas, pruebas, dificultades, aflicciones, etc; al contrario de lo que los predicadores de la prosperidad han enseñado, el Señor Jesucristo, los apóstoles y los primeros cristianos enseñaron y vivieron este padecimiento. En ocasiones el camino por el que Dios nos envía es el mas difícil pero siempre con un propósito y con El ayudandonos a andarlo, y para ilustrar el mensaje citaremos un ejemplo.


Éxodo 13:17 Dios Habla Hoy (DHH)
17 Cuando el faraón dejó salir al pueblo israelita, Dios no los llevó por el camino que va al país de los filisteos, que era el más directo, pues pensó que los israelitas no querrían pelear cuando tuvieran que hacerlo, y que preferirían regresar a Egipto.

Este es el versículo que tomaremos como base para el mensaje y lo expondremos en su contexto. Esta es la ocasión en la que  el pueblo iba saliendo de Egipto después que faraón habia resuelto dejarlos marchar, en su camino hacia la tierra prometida el pueblo liderado por Moisés se encontraban cerca de un camino que llevaba a la tierra de los filisteos y era mas directo y rápido, mas El Señor en su conocimiento y soberania decidió no llevarlos por allí sino por otro camino que como leeremos encontrarían muchisimas dificultades.

A continuación la escena siguiente completa.


Éxodo 14 Dios Habla Hoy (DHH)
Los israelitas cruzan el Mar Rojo
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 «Di a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi-hahirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-sefón. Que pongan sus campamentos enfrente de este lugar, junto al mar. 3 Así el faraón pensará: “Los israelitas no saben a dónde ir. Andan perdidos en el desierto.” Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y los persiga; entonces mostraré mi poder en él y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el Señor.»
Los israelitas lo hicieron así. 5 Mientras tanto, el rey de Egipto recibió aviso de que los israelitas se habían escapado. Entonces el rey y sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a ellos, y se dijeron: «¿Pero cómo pudimos permitir que los israelitas se fueran y dejaran de trabajar para nosotros?»
6 En seguida el faraón ordenó que prepararan su carro de combate, y se llevó a su ejército. 7 Tomó seiscientos de los mejores carros, además de todos los carros de Egipto, que llevaban cada uno un oficial. 8 El Señor hizo que el faraón se pusiera terco y persiguiera a los israelitas, aun cuando ellos habían salido ya con gran poder.
9 Los egipcios con todo su ejército, con carros y caballería, salieron a perseguir a los israelitas, y los alcanzaron a la orilla del mar, junto a Pi-hahirot y frente a Baal-sefón, donde estaban acampados. 10 Cuando los israelitas se dieron cuenta de que el faraón y los egipcios se acercaban, tuvieron mucho miedo y pidieron ayuda al Señor. 11 Y a Moisés le dijeron:
—¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para hacernos morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto? 12 Esto es precisamente lo que te decíamos en Egipto: “Déjanos trabajar para los egipcios. ¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el desierto!”
13 Pero Moisés les contestó:
—No tengan miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer hoy para salvarlos, porque nunca más volverán a ver a los egipcios que hoy ven. 14 Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes.
15 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! 16 Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco. 17 Yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería. 18 Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.
19 En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. 20 Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.
21 Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, 22 y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
23 Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; 24 pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; 25 descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron:
—Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros.
26 Pero el Señor le dijo a Moisés:
—Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.
27 Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. 28 Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. 29 Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
30 En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. 31 Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.


Acabamos de leer aquella histórica y gloriosa ocasión en la que Dios obró el milagros y muy citado MAR ROJO PARTIDO EN DOS, pero aquella gloriosa escena no se hubiese vivido si Dios no los hubiera encerrado en aquel territorio, El Señor hízo que su pueblo estuviese entre aquel imponente mar rojo y el poderoso ejercito de faraón; aquel pueblo estaba entre la espada y la pared no tenía otra opción sino confíar y contemplar un poderoso milagro de un Dios que ellos apenas conocían.

El camino mas fácil era el que llevaba directo a la tierra de los filisteos pero ahora se encontraban con amenazas de muerte de ambos lados, allí se dejó leer la soberanía de Dios, una lección a depender de Dios, los israelíes que sólo de oídos conocían del Señor de sus padres ahora experimentaban su poder y su amor.

Esto se repitió en varias ocasiones en la escritura 

José recibió una promesa y era fácil que Dios lo levantara como gobernador de Egípto pero Dios lo llevó por el camino dificil de ser repudiado y vendído por sus hermanos, de estar encarcelado por algo que no cometió, PERO DIOS CUMPLIÓ SU PROPÓSITO EN JOSÉ.

Daniel era un joven de oración y de gran temor de Dios, pero Dios lo llevó por un camino donde recibiría sería amenazado de muerte, donde estuvo encerrado en foso con leones, PERO DIOS CUMPLIÓ SU PROPÓSITO EN DANIEL.

Cristo pudo haberse entronado como rey sin padecer, pero el padre lo llevó por un camino donde padeció sed, lloró, fue escupido, rechazado por los suyos, traícionado por uno de sus doce apostoles y martirizado en una cruz, PERO LA OBRA DE REDENCIÓN FUE CORONADA POR ESOS SUFRIMIENTOS.

Amados hermanos quizás estamos atravesando situaciones difíciles, quizás las fuerzas se están agotando, pero El Señor conoce lo que está haciendo y CUMPLIRÁ SU PROPÓSITO EN NOSOTROS SI NOS MANTENEMOS FIELES.

En una oportunidad Cristo le lavaba los pies a sus apóstoles, estos no entendian porque Dios hacía aquello a lo que Cristo  -  Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás despuésJuan 13:7


viernes, 24 de julio de 2015

El Cristiano y la vestimenta




La manera de vestír del híjo de Dios es importante, aunque es un tema que se ha pisoteado en muchos sectores del evangelicalismo actual no por ello debe ser olvídadas por aquellos que quieren vivír piadosamente. Tan ímportante es el tema que nos remontamos hasta los primeros dias de la creación y leemos como El mismo Señor vistió a Adán y Eva, cambiando lo que ellos habían escogido para cubrírse, Leemos: 

Génesis 3

7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

Los que han querído menospreciar este tema se amparan en un texto que fue sacado de su contexto para crear este pretexto de que Dios no le ímporta lo externo del hombre, este versículo es el siguiente: 

1 Samuel 16
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 


A símple viste esto convence a muchos,pero esto sucede porque ignoran en el resto de la escena y porque El Señor dijo esto; este el momento en que Dios envió a Samuel para que ungiera a David  como rey de Israel, pero antes de que David se presentase ante Samuel se presentaron sus hermanos entre ellos Elíab, el cuál las escrituras nos da un indicativo de que era de aspecto físico muy resaltante y esto impresionó a Samuel y eso lo llevó a pensar que ese era el que Dios había elegido, mas en el acto El Señor le dice a Samuel que no se deje guíar por su vista y que lo deje a El escoger a que el le ha mirado el corazón. Cíto el momento:

1 Samuel 16
3 Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere.
4 Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?
El respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio.
6 Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.
7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Asi que aclarado que 1ro de Samuel es sólo un texto escritural mal empleado para fórmular una doctrina y resaltando que este tema es de ímportancia desde los dias de Adán y Eva pasaremos a un estudio que contiene también comentarios de cristianos primitivos.


La ropa que usas sirve para más que cubrir tu cuerpo. Tu forma de vestir también grita un mensaje a todos los que te ven. Revela tus creencias, tus valores y tus metas.
La Biblia nos da un ejemplo de esto. En Proverbios 7.6–7, 10, el rey Salomón escribió: “Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía, vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven falto de entendimiento (…). Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón.”

¿Qué piensa Dios de la belleza artificial cuando condena todo tipo de engaño? Clemente de Alejandría (195 d.C.)

¿Cómo supo Salomón que la mujer era prostituta? ¡Por su forma de vestir! Su apariencia y sus modales revelaban las intenciones malas de su corazón.

¿Qué de ti? ¿Qué revela tu ropa acerca de tu corazón? ¿Qué son tus motivaciones y propósitos? Tal vez nunca hayas analizado lo que te motiva a vestirte de cierta manera. O quizá crees que si tu corazón está bien con Dios, no importa cómo te vistes. Quiero explicarte, pues, lo que dice Dios con relación a este asunto.

1. Dios quiere que seas puro en todo
Dios quiere llenar tu corazón con sus virtudes: el amor, la pureza, el respeto y la santidad. También quiere que tu apariencia externa demuestre que tu corazón está lleno de estas virtudes divinas. Primera de Tesalonicenses 5.23 dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Dios no acepta una santidad parcial. No puedes ser puro de corazón y a la vez indecente de cuerpo. Por supuesto, es posible que alguien se vista decentemente y a la vez encubra un corazón malo. Pero si tu corazón es puro, no podrás vestirte de forma deshonesta. No puedes servir a Dios y seguir las modas de personas corruptas.

2. Dios quiere que comuniques un mensaje puro
Las personas que te rodean no pueden ver tu corazón; sólo ven tu apariencia y tus hechos. Sin embargo, ellos se forman un concepto de tu carácter por las evidencias externas que observan. Dios quiere que tu forma de vestir haga resaltar la pureza de tu carácter, no las cualidades sensuales de tu cuerpo. La Biblia dice en 1 Pedro 3.3–4: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”.
Si te vistes de forma indecente, estás diciendo con tu cuerpo: “Mírenme. Yo soy barata y fácil. No me importa mi carácter. Quiero lucir mi cuerpo.” En cambio, si te vistes decentemente, estás diciendo: “Quiero conservarme puro. Mi cuerpo está consagrado a Dios.”

3. Dios no quiere que seas un tropiezo para otros
Eres responsable por el mensaje que tu ropa comunica. En Romanos 14.13, 15, el apóstol Pablo dice: “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. (…) Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.”
En estos versículos, Pablo se refería al asunto de la comida. Pero la regla de no poner tropiezo al prójimo se aplica a todo aspecto de la vida. Tu forma de vestir puede ser una gran tentación para los que te ven. Si eres mujer, no puedes comprender completamente la fuerte atracción que siente un hombre al ver tu figura. Con sólo ver un poco de tus pechos o de tus muslos, cualquier hombre se emociona fuertemente. Esto es una reacción involuntaria que todo hombre normal siente, aunque sea cristiano. (También las mujeres pueden sentir cierta atracción al ver el cuerpo desnudo de un hombre, aunque son más estimuladas por las caricias y las palabras que por la vista.)
Tal vez dices: “Pero eso es problema del que me mira. No es culpa mía lo que él piense.”
Si tu forma de vestir provoca a otro a pecar, sea en la mente o con los hechos, estás cooperando con Satanás para hacerlo caer. Claro, la otra persona es culpable de su propio pecado, pero tú también eres culpable por haberlo tentado con tu cuerpo.

4Dios quiere que tu meta sea agradarle a él
Algo que probablemente influye mucho en tu vestuario es el deseo natural de ser aceptado por los compañeros. Casi a nadie le gusta ser diferente del grupo. Pero este deseo de pertenecer al grupo fácilmente puede convertirse en una esclavitud. Llega a ser una influencia tan fuerte que induce a las personas a sobrepasar los límites de la decencia.Romanos 6.16 dice: “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”
¿Eres esclavo del “qué dirán”? Pregúntate:

¿Tengo que comprar lo último de la moda porque
“todo el mundo lo hace”?
¿Me siento avergonzado si mi ropa es un poco vieja?
¿Estoy dispuesto a usar ropa incómoda o deshonesta
porque mis amigos lo hacen?
¿Estoy dispuesto a desobedecer a Dios para quedar
bien con mis compañeros?
Dios desea librarte de la esclavitud al “qué dirán”. Si le entregas tu corazón y te sometes a sus reglas, no estarás atado a la opinión pública. Tendrás la libertad de escoger lo bueno y recibir las bendiciones de Dios. No te importará ser diferente de los demás, porque tu meta será agradar a Dios y no a los amigos. Romanos 6.22–23 dice: “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Tu ropa debe ser decorosa y modesta
La Biblia usa tres palabras en 1 Timoteo 2.9 para describir el vestuario apropiado. Dice que la mujer debe vestirse de ropa “decorosa”, con “pudor” y “modestia”. ¿Qué significan estas tres palabras?
1. La palabra “decorosa” es una traducción de la palabra griega kosmios. Esta palabra significa literalmente “bien ordenado”. Podríamos decir que la ropa decorosa es decente y respetuosa.
2. La palabra “pudor” se traduce de la palabra griega aidos que da la idea de “bajar los ojos”. El pudor es la precaución o la reserva que te da vergüenza exhibirse o atraer la atención.
3. La palabra “modestia” se refiere a la humildad y la sencillez. También incluye la idea de dominio propio, de ponerse límites y de ser moderado.


Comentarios de los cristianos primitivos
Los vestidos lujosos que no ocultan el talle del cuerpo en realidad no son vestidos. Tales vestidos, ajustándose al cuerpo, toman la forma del cuerpo y se adhieren a la figura. Así destacan la figura femenina, de manera que su figura entera se revela al que la ve, aunque no ve su mismo cuerpo… Tales vestidos están diseñados para exhibir, no para cubrir…Clemente de Alejandría (195 d.C.)

En ningún modo se debe permitir a las mujeres descubrir y exhibir una parte de sus cuerpos, a no ser que ambos caigan. Los hombres por mirar; y las mujeres por atraer la atención de los hombres. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

(Entre los paganos) Veo ya que entre mujeres nobles y rameras públicas no hay ninguna diferencia en los trajes. También se
corrompieron aquellas enseñanzas de los mayores que componían la templanza y apadrinaban la modestia de las mujeres… Tertuliano (197 d.C.)


RECUERDA

Recuerda: Dios tiene derecho sobre tu cuerpo porque él te hizo y, si eres cristiano, te compró con la sangre de su Hijo. Él te ama y quiere lo mejorpara ti.

Recuerda: La desnudez en público es vergonzosa porque da lugar al pecado. Dios exige que usemos ropa porque él desea protegernos de la maldad. La ropa que Dios aprueba cubre bien el cuerpo.

Recuerda: ¿Para qué sirven las joyas y el maquillaje? ¿No es para acentuar tu belleza física o invitar la admiración de tus compañeros? En realidad, no tienen ninguna función práctica; son pura vanidad. La joyería y el maquillaje no concuerdan con los principios del Nuevo Testamento de sencillez y humildad.

Recuerda: Dios quiere que tu corazón y tu cuerpo demuestren las virtudes de él. Es tu responsabilidad vestirte de una manera que le agrade a él y que no ponga tropiezo a tu prójimo.


Notas:
Libro ¿Porque te vistes así?



Se despide en El Señor tu amigo y Hno. David Criollo


jueves, 23 de julio de 2015

¡MÁS QUE PROTESTANTE! Recopilación de la historia de la iglesia




Por dondequiera hoy en día, a los cristianos nacidos de nuevo se les insta trabajar a favor del avivamiento y la unificación del protestantismo. Antes de apresurarnos a unirnos a este movimiento ecuménico, veamos lo que nos dice la historia.
Al inicio del siglo 16, el catolicismo romano había llegado a tal extremos de corrupción que muchos cristianos comenzaron a clamar por reforma. El papismo había levantado un muro de tradiciones, ceremonias e invenciones anti-bíblicas entre el cristiano y Cristo: el bautismo a los recién nacidos; las indulgencias; el confesionario; la expiación de pecados por las penitencias; el purgatorio; la misa ofrecida por el sacerdocio; y la adoración de María, los santos, las reliquias, y las imágenes.

En el año 1517, Martín Lutero, con la esperanza de una reforma dentro del catolicismo, se opuso a las ventas de las indulgencias. En seguida se hizo evidente que Roma no podía cooperar con él. Así en el año 1520, en un acto público de desafío, Lutero quemó el decreto papal de León X. Luego los príncipes y gobernantes de Alemania comenzaron a apoyar una reforma. Ellos vieron en Martín Lutero el hombre que podía poner fin a los impuestos papales, beneficios eclesiásticos, los diezmos y sobornos, reservando así estas enormes salidas para el real erario. El así llamado Santo Imperio Romano se estaba desmoronando en los comienzos del nacionalismo moderno.
Para el año 1523, Ulrico Zwinglio se había levantado como campeón de la reforma en Suiza.
Al principio, Lutero y Zwinglio defendieron la libertad de conciencia y denunciaron toda persecución; pero desgraciadamente los dos líderes dependieron mucho del apoyo de los gobernantes seculares que se demostraban favorables. Esperaron que éstos los apoyaran antes de separarse completamente de Roma y organizar sus propias iglesias. Con el tiempo, eso los hizo cómplices de la persecución contra los disidentes religiosos en sus propios países.

Muchos cristianos verdaderos de esa época comenzaron a separarse del protestantismo. En el año 1523 en Suiza, un sacerdote convertido llamado Simón Stumpf reprochó a Zwinglio por permitir al estado gobernar en los asuntos de la religión, en vez de seguir las enseñanzas de la Biblia, diciendo:
Maestro Ulrico, usted no tiene el derecho de poner en las manos de mis señores la decisión sobre este asunto, porque la decisión ya fue hecha; es el Espíritu de Dios que decide. . . . Si mis señores adoptaran otra manera que sea contraria a la decisión de Dios, yo predicaré y actuaré contra [la decisión del estado].


Los reformadores esperaban que las autoridades del estado establecieran la doctrina reformada y, si fuera necesario, la defendieran con las armas contra el catolicismo romano. Por esto, después de muchas demoras y respuestas evasivas de parte de los reformadores, muchos cristianos verdaderos rompieron con los reformadores y comenzaron a establecer iglesias bíblicas independientes. Fundaron estas iglesias únicamente sobre la autoridad de Cristo y de su palabra.

El 21 de enero del año 1525, un grupo de quince creyentes renacidos se reunieron en una casa de Zurich (Suiza) y, guiados por el Espíritu Santo y el estudio de la palabra, decidieron bautizarse uno a otro y establecer así una iglesia Nuevo Testamentaria. Una semana después, Conrado Grébel y Hans Brotli fueron llamados como pastores. Siendo que los reformadores no fueron organizados sino después, ésta fue la primera iglesia que se organizó en el período de la reforma.

El ideal de esos verdaderos cristianos no era reformar la existente organización de la iglesia romana, sino restituir la original iglesia apostólica en toda su pureza y poder. Ni nombre adoptaron para su iglesia, sino se llamaban entre ellos "hermanos". Su única apelación a la autoridad era a la autoridad de Cristo y de su palabra; y su única pretensión a la "sucesión apostólica" era, una vez más, Cristo y su palabra, la cual contiene la doctrina de los apóstoles.

De esta manera, nació una de un gran número de congregaciones que valientemente apoyaron la verdad de una iglesia fundada solamente en Cristo y su palabra. Esas iglesias no esperaron que el gobierno secular decretara y defendiera los estatutos de una religión oficial, ni tampoco buscaron línea directa de sucesión con ninguna organización religiosa.

Inmediatamente esos valientes seguidores de Cristo fueron perseguidos por el estado y por la oficialmente apoyada iglesia de los reformadores. Una larga y sangrienta persecución se prolongó en los siguientes 50 años. En esa época, de 20.000 a 50.000 de esos cristianos fueron martirizados por los católicos romanos y los protestantes. Eberli Bolt fue el primer mártir, quemado en la pira en Schwyz (Suiza) por los católicos el 19 de mayo de 1525. Félix Manz fue el primero martirizado por los protestantes, ahogado en Zurich (Suiza) en enero de 1527. No fue sino hasta 250 años después que la constitución de los Estados Unidos de América decretó que ninguna ley sería hecha aprobando ninguna religión oficial del estado. Estos simples cristianos, firmes creyentes en la Biblia, fueron los que verdaderamente abrieron el camino a la libertad de religión. Los primeros principios de libertad fueron comprados con la sangre de indefensos mártires, no con la sangre de soldados.
Así estas iglesias fundadas en Cristo Jesús y su palabra tuvieron que romper con las transigencias y maldades del protestantismo de la misma manera que los reformadores rompieron con la organización católica.

¿Qué fueron entonces las diferencias principales entre estos hermanos y los reformadores? ¿Por qué rechazaron estos hermanos el protestantismo? Fueron llamados "anabaptistas" (rebautizadores) por sus enemigos, porque practicaron el bautismo de creyentes. Bautizaron solamente a los que tenían una fe viva en Cristo (un recién nacido no puede tener una fe consciente e inteligente en Cristo). Pero la diferencia principal entre los anabaptistas y sus contrarios no fue tanto la diferencia del bautismo sino el problema de la relación de la iglesia con el resto de la sociedad. El protestantismo confió mucho en el apoyo y la protección de los gobernantes, puesto que sin la asistencia militar y política hubiera podido ser aplastado por una persecución de la iglesia romana. Por eso Zwinglio, Lutero y otros reformadores buscaron el apoyo del poder político del estado. La Enciclopedia Británica dice:
Si los príncipes alemanes no hubieran visto en él sus propios intereses, [Lutero] nunca hubiera podido ser más que un líder de una mística secta desconocida.


Esta dependencia en el poder mundano y político trajo muchas consecuencias perversas.
Por su gratitud hacia los benévolos gobernantes, Lutero desarrolló una espantosa apología a favor del poder del estado. Durante las rebeliones de los campesinos, a quienes él mismo había estimulado con su defensa anterior de la libertad, más de 100.000 de ellos fueron matados. Lutero escribió folletos furiosos contra los pobres y equivocados campesinos. Contenían declaraciones extremadas y trágicas como ésta:
¡Apuñale, destruya, mate al que pueda! ¡Si usted muere haciendo esto, bien por usted! No pudiera tener más bendita muerte, porque muere obedeciendo la palabra divina y lo que Romanos 13 manda. . . . Los campesinos no entienden y no quieren oír razones de nadie. Sus oídos tienen que ser desbotonados con balas hasta que sus cabezas vuelen de sus hombros. . . . Fui yo, Martín Lutero, que exterminé todos los campesinos en la insurrección, porque yo mandé que fueran matados. Toda la sangre de ellos está sobre mis hombros. Pero se la echo a nuestro Señor Dios el cual me mandó que hablara en esta forma.


Los anabaptistas creyeron que Romanos 12.17–21 les enseñó el deber de la iglesia: amar; guardar la paz; no resistir; vencer el mal con el bien y no con la ira. Ellos creyeron que el hacer justicia pertenece solamente a Dios, quien usa los gobernantes no cristianos para ejercer ira, venganza y justicia (Romanos 13.4). El Autor divino escribió sobre estos deberes del estado, refiriéndose a los gobiernos no cristianos de aquellos tiempos; y además escribió que todos los gobiernos de toda época son igualmente ordenados por Dios (Romanos 13.1). Por ese motivo, estaba claro a los anabaptistas que la iglesia no podía tomar parte en hacer justicia con la fuerza, o en castigar a los transgresores de la ley, o en llevar a cabo una guerra.
Pero en esto otra vez el protestantismo se diferenció radicalmente. Al principio, Martín Lutero condenó el catolicismo romano por enseñar que el cristiano tenía derecho de defenderse con la violencia contra la violencia; pero, cuando se hizo evidente que necesitaría el apoyo de los gobernantes para defender su movimiento, llegó al siguiente compromiso:
Como cristiano el hombre tiene que sufrirlo todo y no resistir a nadie. Como miembro del estado el mismo hombre tiene que robar, matar y luchar con gozo, todo el tiempo que viva.

De esta manera, Lutero dividió al cristiano en dos: en lo privado religioso y en lo público político.
Los anabaptistas creyeron que la manera bíblica era mucho mejor: separar la iglesia del estado. Tres líderes anabaptistas de aquellos tiempos expresaron sus creencias de la manera siguiente:
El cristiano no participa en la guerra; tampoco maneja la espada [del gobierno] para ejercer venganza.
—Pedro Riedemann

El cristiano no hiere con la espada para ejercer venganza.
—Félix Manz

El verdadero cristiano no usa la espada del mundo ni tampoco participa en la guerra. . . . El evangelio y los que lo aceptan no deben ser protegidos por la espada ni protegerse a sí mismos.
—Conrado Grébel
 
Esa importante diferencia entre los ana-baptistas bíblicos y los protestantes iba a traer consecuencias trágicas en la historia. Puesto que los reformadores podían justificar la "defensa del evangelio" con la espada, así también justificaron las crueles torturas y las persecuciones infligidas a los que no creían como ellos, condenándolos a muerte como herejes. Es un triste hecho de la historia que todos los prominentes reformadores aprobaron la persecución y el martirio de los anabaptistas. Un cierto erudito bautista de nuestros tiempos averiguó, después de una detallada búsqueda, que más anabaptistas fueron martirizados por mano de los protestantes que por mano de los católicos.
Durante los 100 años que siguieron el comienzo de la reforma, Europa fue asolada por continuas guerras religiosas entre católicos y protestantes. Solamente en la Guerra de los 30 Años (1618–1648), Alemania, con una población de 13.000.000 de habitantes, perdió 10.000.000. A. H. Newman, el gran historiador bautista, se vio obligado a hacer esta pregunta:
Nos encontramos en la necesidad de averiguar si esta guerra fue una necesidad, si ésa fue la única manera en la cual los protestantes y los católicos podían ser enseñados a respetar los derechos ajenos. No podemos contestar; pero tenemos razones válidas para dudar si el destructor de la vieja cristiandad evangélica y el padre del gran movimiento protestante político y eclesiástico (o sea Martín Lutero, el cual inspiró la contrarreforma y la institución de los Jesuitas, lo cual directa o indirectamente llevó a la Guerra de los 30 Años), fue, después de todo, tan gran bienhechor de la raza humana y promotor del reino de Cristo, como comúnmente se supone.

Mientras el protestantismo y catolicismo se enfurecieron en luchas brutales el uno contra el otro, los pacíficos anabaptistas siguieron amando a sus enemigos. Llamaron a los hombres a arrepentirse y a creer el evangelio de Cristo; instándoles que fueran bautizados en la iglesia, renunciando al perverso mundo y sus engaños.

Otro importante y desastroso resultado por haberse apartado el protestantismo de la palabra de Dios fue el origen del nacionalismo moderno. Lutero fue un fuerte defensor del nacionalismo alemán y un violento antisemita. Un erudito obispo metodista de nuestros tiempos, R. F. Weaver, explica:
El pensamiento protestante es el precursor del pensamiento nacionalista, y en un amplio sentido el creador de la idea que dominó en la era siguiente: a saber, el derecho divino de los reyes. Lutero dio al poder secular autoridad y dignidad casi, si no completamente, divinas. El dijo: "La mano que maneja la espada no es una mano humana sino la mano de Dios. Es Dios, no el hombre, que ahorca o despedaza sobre la rueda [del martirio]. Es Dios que hace la guerra." No es exagerar decir, que poderosa como era la influencia de Lutero en el campo religioso, su doctrina del estado fue mucho más poderosa en las tierras de los protestantes que su doctrina de la gracia. Esa doctrina creó una nueva fase del continuo problema de la relación entre el gobierno y la religión organizada.


Por lo tanto, el desarrollo del nacionalismo moderno, con sus trágicas guerras inter-nacionales, fue preparado por el protestantismo.
Lutero dijo una vez que el primer deber del cristiano es para con su propio estado; y si él fuera un predicador del evangelio en un país mahometano, definitivamente debería pelear contra cristianos de otros países si su nación estuviera en guerra con ellos. Aquí vemos la triste ceguedad que ha causado a tantos miles de luteranos, metodistas, bautistas, anglicanos y católicos de Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y la América ir a la guerra bajo sus respectivos gobiernos y matar a miles de miembros de la misma iglesia que peleaban al lado enemigo.
La palabra de Dios dice que los que odian a sus hermanos son homicidas, "y ningún homicida tiene vida eterna permanente en el" (1 Juan 3.15). Los discípulos del Señor, nacidos de nuevo, comprados por la sangre de Cristo, no pueden ir a la guerra ni participar en la matanza de sus con-cristianos. Tampoco pueden mandar a ser condenados sin Cristo a los que no son cristianos, o destruir vidas humanas y propiedades por la locura de la guerra.
Con todo, ciertamente alguien dirá: "Esos trágicos errores de los reformadores pueden ser ciertos, pero a lo menos predicaron el evangelio de la justificación por la fe." ¿Lo hicieron? La palabra de Dios dice que la fe viva, la fe en Cristo Jesús que salva, la única fe que tiene valor en los ojos de Dios, es "la fe que obra por el amor" (Gálatas 5.6). ¿Fueron las persecuciones, las guerras religiosas, los perjuicios raciales, y el cruel nacionalismo el fruto de la fe que obra por el amor?
Aunque uno tenga la doctrina correcta de la gracia, si no enseña ni obedece ni vive la vida en el poder de la gracia, no puede decirse que es un evangélico verdadero: "Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1 Juan 5.3). Blasfeman los que enseñan que es imposible para un hijo de Dios, nacido de nuevo, observar sus mandamientos y vivir por el poder de la gracia divina una vida cristiana victoriosa. Por la fe en el Señor Jesucristo somos justificados (perdonados) y santificados (habilitados para vivir conforme a sus mandamientos por medio de su gracia). ¡Si decimos que los mandamientos de Cristo son un gravoso legalismo, es igual que decir que la palabra de Dios miente! Sus mandamientos no son gravosos para un hijo de Dios regenerado y limpiado por la sangre de Jesús.
Alguien pudiera preguntarle a usted: "¿Por qué no es protestante?" El testimonio de la historia nos da claramente la respuesta.
De las falsas enseñanzas del protestantismo (que muy poco se diferencian de la iglesia católica) vienen los males diabólicos de la profana alianza de la iglesia y el estado, la persecución de los religiosos no conformistas, las "guerras religiosas" que mataron a millones, el nacionalismo moderno, el racismo y el sistema de la dictadura. Verdaderamente el protestantismo es otra [apostasía], embriagada con la sangre de los mártires. El evangélico moderno, nacionalista y militar que se lanza a matar al enemigo en el nombre de Cristo es el descendiente directo del protestantismo antibíblico.
Los primeros anabaptistas testificaron y murieron por una iglesia fundada únicamente sobre Jesucristo. Enseñaron que la iglesia verdadera es la esposa pura de Cristo, separada del mundo, y no la iglesia ramera que fornica con los reyes de la tierra (Apocalipsis 17.1–2). La iglesia de los anabaptistas fue la primera y la única basada en el Nuevo Testamento que salió del período de la reforma. Estos simples creyentes en la Biblia, cristianos nacidos de nuevo, nunca participaron en guerras, o promovieron perjuicios raciales, odios internacionales o contiendas entre clases sociales. Ellos rechazaron toda doctrina no basada en la Biblia, fuera doctrina de los católicos o de los protestantes. Por ejemplo, damos éstas: el bautismo de los recién nacidos, la gracia de los sacramentos, aceptar como miembro de la iglesia una persona inconversa, el uso del nombre "naciones cristianas" o "guerras cristianas", la tiranía eclesiástica, la mundanería, la hipocresía, y la corrupción en las iglesias.
Aun muchos de los descendientes directos de los anabaptistas se han desviado mucho de los principios de sus padres. ¡Cuán lejos muchos de ellos han sido llevados de la visión pura apostólica de sus padres! ¡Cuán pocas de estas decaídas organizaciones retienen el celo misionero que hace de cada miembro evangelista! ¡Cuán pocos de ellos enseñan y practican una iglesia pura, formada solamente de miembros nacidos de nuevo! ¡Cuán pocos de ellos tienen un testimonio poderoso y una disciplina consecuente para mantener afuera de la iglesia la corrupción del mundo!
Considere: La mayor parte de ellos aceptan o toleran atavíos según la moda, cosméticos, mujeres con pelo corto, joyas, el asociarse con incrédulos en negocios y con falsas enseñanzas en religiones liberales, y el radio y la televisión (esos canales que arrojan todo lo sucio del mundo en el hogar). También admiten el uso del tabaco y la bebida alcohólica, la cruel participación en demostraciones de perjuicios raciales, el orgullo nacional, el servicio militar, la lucha, la matanza, la guerra, el divorcio y las segundas nupcias, el adulterio y la fornicación. Estos mismos anabaptistas apóstatas cambian sus mismos servicios de adoración en un circo de instrumentos musicales, entretenimiento coral, cines, teatros, bailes, deportes, juegos carnales y comidas golosas.

Estas cosas y más toleran entre sus revueltas membresías. Y sobre todo eso preside una gran organización sostenida por ministros asalariados, temerosos de hombres, y transigentes, quienes fueron entrenados en seminarios teológicos liberales y en colegios mundanos donde son burladas las convicciones bíblicas de los primeros padres de sus iglesias. Esas instituciones alaban con la boca la histórica posición anabaptista, pero se doblan con toda la fuerza para minar, ridiculizar y neutralizar la misma fe que ellos profesan venerar. Estas iglesias decaídas, apoyadas por grandes y ricas instituciones, sonríen con tolerancia sobre toda mundanería, pero se enojan furiosamente contra todo grupo y persona que desea regresar a la iglesia pura y con visión apostólica de los anabaptistas.
Querido amigo, usted no tiene que unirse a estas organizaciones decaídas y llenas de gentes mundanas. Tampoco tiene que quedarse en ellas, si usted se encuentra ya como miembro de estas iglesias corrompidas. No tiene que pertenecer usted al catolicismo ni al protestantismo. Hay un tercer camino: el camino del amor que lleva la cruz.

Usted ha leído acerca de los anabaptistas del siglo 16, los cuales no estuvieron satisfechos con la reforma ni la contrarreforma de ninguna organización de iglesias decaídas. Escogieron nada menos que la restitución de la iglesia en todo su poder y pureza (recuperando o restaurando la posición que tenía en el principio la original iglesia del Nuevo Testamento). Ellos no querían nada menos; ni tampoco usted tiene que contentarse con menos.
Piense en su peligro espiritual, viviendo en comunión con miembros de tal mezcla de gente. Y piense en el futuro de sus hijos si ellos tendrán que crecer en medio de este gentío. ¡Haga caso a la voz del Espíritu Santo y salga de en medio de ellos! Únase con otros de la misma fe preciosa y forme una congregación independiente basada en la restitución de la iglesia apostólica. Salga de en medio de esas decaídas "conferencias", "convenciones" y denominaciones, y júntese con otros de la misma fe alrededor del estandarte de la palabra de Dios. Forme una congregación disciplinada e independiente, solamente de cristianos nacidos de nuevo. Comparta solamente con congregaciones que tengan el mismo sentir puro y disciplinado.
No se encoja de hombros en indiferencia, yéndose a pique en un barco que se está hundiendo. No deje que un equivocado sentido de lealtad lo engañe en una iglesia destinada a la catástrofe. ¿A qué, después de todo, tiene que ser leal? ¡Solamente al Señor Jesucristo, y a la iglesia comprada con su sangre! Le convidamos a salir de las organizaciones no bíblicas que han perdido la visión apostólica de los anabaptistas y han abandonado la disciplina y pureza en la iglesia.
Si usted todavía no es un cristiano nacido de nuevo, tiene que unirse primero con Cristo Jesús por medio del nuevo nacimiento antes de unirse con alguna iglesia. Si usted es cristiano nacido de nuevo y necesita ayuda, escríbanos. Se le enviará más literatura. Toda solicitud para ayuda e información será contestada personalmente y con nuestras oraciones.
 —Guillermo McGrath
 
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temo

r al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
—Romanos 12.17–13.10

En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
—1 Juan 3.10–15

lunes, 20 de julio de 2015

¿Debe la iglesia de Cristo guardar el sábado?


¿Sábado o Domingo?, ¿guardar el Sabbath?,¿es del antiguo pacto o del nuevo?, ¿sigue vigente?, ¿es para Cristianos o judíos?, etc.

Estas y tantas otras preguntas se derivan del tema sobre el día sábado o como se conoce en la religión judaíca y otras denominaciones como el día de reposo, esto trae diversas posturas, pero vamos a la regla de fe única y verdadera que son las sagradas escrituras, ¿Qué dice el texto sagrado acerca de este polémico tema.


Origen del sábado como día de reposo
El día de reposo tiene su origen en la ordenanza que Jehová dio a los israelitas, esto lo leemos:

Deuteronomio 5:15 Dios Habla Hoy (DHH)
15 Recuerda que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí desplegando gran poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena respetar el día sábado.

Deuteronomio 5:15Reina-Valera 1960 (RVR1960)
15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.[a]

Footnotes:
Deuteronomio 5:15 Aquí equivale a sábado.

Leemos claramente que es una orden para el pueblo de Israel, para conmemorar u honrar lo que Dios hizo para liberarlos de mano de Faraón en Egipto.




El sábado como día de reposo es una señal entre Jehová y los israelitas, esto lo leemos:

Éxodo 31:16-17 Dios Habla Hoy (DHH)
16 Así que los israelitas han de respetar la práctica de reposar en el sábado como una alianza eterna a través de los siglos. 17 Será una señal permanente entre los israelitas y yo.» Porque el Señor hizo el cielo y la tierra en seis días, y el día séptimo dejó de trabajar y descansó.

Éxodo 31:16-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Guardarán, pues, el día de reposo[a] los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo.
17 Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.


Cristo el Señor y los apóstoles no enseñaron a guardar el sábado

Hebreos 7:12 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.
Pablo mencionó que ahora el sacerdocio universal de Cristo traería un cambio de la ley, es decir la ley de Moisés ya no era la regla de fe de los que Vivian y viven por la fe. Además escribiendo a estos mismos Pablo les menciona que esta antigua ley se refería a aspectos o situaciones externas y no espirituales, leemos:

Hebreos 9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal…
10  ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

Pablo añade que este primer pacto impuesto a un pueblo terrenal  sería reformado en un nuevo pacto para un pueblo espiritual.

Colosenses 2:16 Dios Habla Hoy (DHH)
16 Por tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o sábados.

Colosenses 2:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.


Cristo es nuestro reposo
Hebreos 4:9 Dios Habla Hoy (DHH)
9 De manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de Dios

El apóstol Pablo continúa escribiendo a los hebreos y les menciona que existe un reposo sagrado para el pueblo de Dios, que ya no era Israel o algún pueblo terrenal, sino que son todos aquellos rendidos a Cristo como Señor. ¿Quién es este reposo?

Mateo 11:28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Cristo es el verdadero reposo para su pueblo y todos los que vengan a Él.

En los anteriores pasajes citados, notamos que la referencia al sábado o al reposo son utilizados con motivos evangelísticos hacia los judíos.

El Sabbath fue dado a los israelitas y no a la iglesia del nuevo pacto. el Sabbath es parte de la Ley de Moisés y los cristianos somos libres de la carga de la Ley (Gálatas 4:1-26; Romanos 6:14). No estamos obligados a seguir el Sabbath Mosaico – descansando; sino que somos libres de seguir al Cristo resucitado -- sirviéndole. Debemos adorar a Dios cada día, no sólo en sábado o domingo.



EL TESTIMONIO DE LOS CRISTIANOS PRIMITIVOS:
Ahora es importante leer el testimonio de los primeros creyentes, como leemos ellos tampoco tomaron el sábado como un día de reposo, pero si acostumbraron a que el día Domingo voluntariamente se reunían a rendir culto a Dios.
…sus novilunios y sus sábados no los aguanto. Miren cómo dice: No me son aceptables sus sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo (el domingo) con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos. Bernabé (70-130 d.C.)

  Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor, en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él. Ignacio (105 d.C.)

Ni observan la superstición de los judíos… Pero, además, sus escrúpulos con respecto a las carnes, y su superstición con referencia al sábado y la vanidad de su circuncisión y el disimulo de sus ayunos y lunas nuevas, yo [no] creo que sea necesario que tú aprendas a través de mí que son ridículas e indignas de consideración alguna.  Y en cuanto al guardar la observancia de meses y de días, ¿quién podría considerar esto como una exhibición de piedad y no mucho más de necedad?  Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)

La nueva ley quiere que guarden el sábado continuamente, y ustedes (los judíos), con pasar un día sin hacer nada, ya les parece que son religiosos, sin entender el motivo de porque les fue ordenando el sábado. No se complace en eso el Señor Dios nuestro. Si hay entre ustedes un perjuro o ladrón, que deje de serlo; si hay un adúltero, arrepiéntase y ha guardado los deliciosos y verdaderos sábados de Dios. Si alguno no tiene entre ustedes las manos limpias, lávese y queda puro. Justino Mártir (160 d.C.)

Prueba de que estas prácticas (de la ley) no justificaban al ser humano, sino que servían de signo al pueblo, es que Abraham “creyó y le fue contado por a justicia, hasta el punto de llamarse el amigo de Dios,” sin la circuncisión y sin la observancia del sábado... Toda la enorme multitud de justos que existieron antes de Abraham, así como todos los patriarcas que vivieron antes de Moisés, fueron justificados sin lo que hemos dicho. Ireneo (180 d.C.)

El Señor descansó de todas sus obras, es decir, el verdadero sábado de los justos en el cual ya no llevarán a cabo las obras de la tierra, sino que hallarán preparada la mesa del Señor, que los alimentará con toda suerte de manjares. Ireneo (180 d.C.)

En el libro anterior mostramos que levitas y sacerdotes son todos los discípulos del Señor, los cuales profanan el sábado en el templo, sin cometer falta. Ireneo (180 d.C.)

La ley… ya no mandará guardar un día de reposo al que todos los días observa el sábado, es decir, al que rinde culto a Dios en el templo de Dios que es el cuerpo del hombre y practica siempre la justicia. Ireneo (180 d.C.)

Junto con la abolición de la circuncisión carnal y de la ley antigua, las cuales en su tiempo específico fueron consumadas, del mismo modo queda demostrado que la observancia del sábado ha sido temporal. Tertuliano (197 d.C.)

Nosotros no seguimos a los judíos en sus peculiares observancias en cuanto a la comida y sus días sagrados. Tertuliano (197 d.C.)

El sábado es el tipo y símbolo del reino futuro de los santos, cuando reinarán con Cristo después que Él venga del cielo, como Juan dice en su apocalipsis: Porque “un año para el Señor es como mil años.” Hipólito (200 d.C.)

El sábado verdadero tendrá lugar en el séptimo milenio, cuando Cristo reine con sus elegidos. Victorino (250 d.C.)

Los (líderes religiosos judíos) alegaron otras causas para su enojo… a saber, que Jesús destruyó la obligación de la ley dada por Moisés. Es decir, Él no descansó los sábados, sino que obró haciendo bien a los hombres. Además, abolió la circuncisión y sustrajo la necesidad de abstenerse de la carne de los cerdos…Sin embargo, Él no hizo esto por su propio juicio, sino según la voluntad de Dios. Lactancio (304-313 d.C.)


Amados del Señor nadie nos juzgue por un día u otro, no siga tradiciones practicadas por un pueblo terrenal, somos libre de la carga de la ley, a Dios debemos a dorarle cada día en temor y santidad.

Comenta y comparte este estudio, tus aportes serán de mucha bendición para mí.

Se despide en El Señor tu amigo y Hno. David Criollo

PAZ Y GRACIA!!!

domingo, 12 de julio de 2015

Yiye Ávila: "La gente sigue amando mas a los cerdos que a Cristo""

Cristo, esperanza para la familia latinoamericana


El clamor de justicia y equidad para nuestras familias se extiende a todo lo largo y ancho de nuestro continente. Nos hemos mantenido pidiendo justicia por mucho tiempo... Sin embargo, parece que de alguna manera, nunca llegamos a la raíz de los problemas de injusticia, robo y corrupción.
De vez en cuando nuestros corazones se atreven a latir con esperanza, debido a la presentación de un nuevo líder con la promesa de un mañana mejor. Durante algún tiempo, nos parece que finalmente comienza a amanecer un nuevo día. Hasta nos atrevemos a pensar que el futuro traerá más justicia que la que hemos conocido en el pasado y que como resultado de ello, nuestras familias serán más felices.
Pero las nubes oscuras de corrupción e intriga oscurecen el cielo antes de que amanezca completamente. Y junto con nuestras familias, nos quedamos amargamente decepcionados.
Y de esa manera nos quedamos esperando. Quizá mañana será un día más luminoso. Queremos que realmente sea así. Pero ya casi hemos perdido el optimismo de esperar. Entonces nos enojamos y nos frustramos. Finalmente, nos preguntamos:
"¿Dónde está el líder que liberará a nuestro país de esta cadena perpetua de corrupción?"
"¿Es que acaso las masas siempre serán pobres?"
"¿Dominarán siempre los ricos nuestras políticas y nuestros proyectos nacionales?"
"¿Será que nuestras familias están destinadas a una opresión eterna por medio de las maldiciones del alcoholismo, el adulterio y el engaño?"
Amigo, observe detenidamente la última de estas preguntas. Ignore el resto de las preguntas por ahora. En su opinión, ¿cuál es la respuesta a esta última pregunta? La respuesta es "¡no!" "¡No y mil veces no!" Nuestras familias no necesitan mantenerse cautivas de la maldad. Ahí está la respuesta.
No obstante, el clamor para justicia y equidad continúa escuchándose en todo nuestro continente. Los mismos problemas familiares persisten año tras año: padres borrachos, madres prostitutas, jóvenes fornicarios, hijos hambrientos, mentirosos e infelices, y mucho más. Casi cada hogar en nuestro continente tiene al menos uno de estos problemas. En muchos casos es posible encontrar todos estos problemas en un solo hogar. ¿Hay, pues, alguna esperanza?
La solución a todo este panorama no está en exigirle al gobierno que nos dé justicia y equidad. Mientras acudamos al gobierno para erradicar nuestros pecados personales, familiares y sociales, entonces continuará escuchándose una y otra vez el clamor para justicia, debido a que el gobierno no puede cambiarme a mí. Ni a ti. Ni a nuestras familias.
La razón por la que los países en nuestro continente son corruptos se debe a que nosotros que somos el pueblo, somos igualmente corruptos. Es por ello que debemos dejar de culpar al gobierno y limpiar nuestra propia conducta. La razón por la que nuestras familias están oprimidas por el alcoholismo, el adulterio y el engaño, se debe a que tanto nosotros como nuestras familias consumimos alcohol, codiciamos a otras mujeres y engañamos a nuestras esposas e hijos. No podemos culpar al gobierno por la mala situación en nuestro país ya que nosotros mismos contribuimos a hacer de nuestro país lo que ahora es.
Por ejemplo, le robamos a nuestro patrón. Sin embargo, pedimos sangre a cambio cuando el gobierno nos roba. Le prometemos a nuestra esposa que nunca nos acostaremos con otra mujer mientras que al mismo tiempo salimos con otra mujer a sus espaldas. Pero cuando el gobierno nos engaña, nos enojamos. Sí, nos enojamos mucho.
Lo peor de todo este desastre es que hay muchísimos hombres y mujeres que profesan ser cristianos “evangélicos” y viven de esta manera. Nos gusta culpar al gobierno y a la iglesia católica por ser organizaciones corruptas. Pero el caso es que nosotros “los evangélicos” también somos corruptos. Y somos incapaces de cambiar nuestra conducta porque amamos nuestros pecados. Sí, amamos nuestros pecados, pero odiamos las consecuencias de nuestros pecados -la corrupción, la ruptura de los hogares y la tristeza.
La única manera de encontrar esperanza para nosotros mismos y para nuestras familias está en el arrepentimiento de cada uno de nosotros, individualmente. Esto significa que debemos dejar de pecar y comenzar a vivir una vida en santidad, por medio del poder de Jesucristo. No somos responsables de eliminar la corrupción en el gobierno y en la iglesia católica. Es necesario que dejemos de tranquilizar a nuestras propias conciencias pecaminosas por censurar la corrupción existente en estas organizaciones. Somos responsables de limpiar nuestras propias conductas, no la de ellos.
Si todos confesáramos nuestros pecados a Dios y le pidiéramos perdón a nuestra esposa, a nuestro jefe y a otros contra quienes hemos pecado; si dejáramos de pecar y comenzáramos a vivir para Jesús; si asumiéramos seriamente nuestras responsabilidades familiares y enseñáramos a nuestros hijos los caminos de Dios por medio del ejemplo de nuestras vidas piadosas —entonces Dios que está en el cielo miraría hacia la tierra y nos bendeciría. Y los perpetuos problemas en nuestros países serán resueltos, primero en nuestras vidas en el plano personal, y luego en nuestras familias.
Hay dos preguntas que tenemos que hacernos antes de que perezcamos. Tenemos que responder estas dos preguntas de forma honesta y actuar consecuentemente. Aquí están las dos preguntas:
(1) ¿Realmente deseamos la esperanza?
(2) ¿Estamos dispuestos a arrepentirnos?




-Daniel R. Huber