jueves, 25 de diciembre de 2014

Como distinguir entre un verdadero profeta y uno falso - Comentarios de los primeros cristianos


Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:22-23

Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; Mateo 24:11

Si alguien viniese de fuera para enseñarle todo esto, recíbanlo. Pero si resultare ser un doctor extraviado, que les dé otras enseñanzas para destruir su fe, no le oigan. Si por el contrario, se propusiese hacerles regresar en la senda de la justicia y del conocimiento del Señor, recíbanlo como recibirían al Señor. Vean ahí como según los preceptos del Evangelio deben portarse con los apóstoles y profetas. Reciban en nombre del Señor a los apóstoles que les visitaren, en tanto permanecieren un día o dos entre ustedes: el que se quedare durante tres días, es un falso profeta. Al salir el apóstol, deben proveerle de pan para que pueda ir a la ciudad donde se dirija: si pide dinero, es un falso profeta. Al profeta que hablare por el espíritu, no le juzgarán, ni examinarán; porque todo pecado será perdonado, menos éste. Todos los que hablan por el espíritu; no son profetas, solo lo son, los que siguen el ejemplo del Señor. Por su conducta, podrán distinguir al verdadero y al falso profeta. El profeta, que hablando por el espíritu, ordenare la mesa y comiere de ella, es un falso profeta. El profeta que enseñare la verdad, pero no hiciere lo que enseña, es un falso profeta. El profeta que fuere probado ser verdadero, y ejercita su cuerpo para el misterio terrestre de la Iglesia, y que no obligare a otros a practicar su ascetismo, no le juzguen, porque Dios es su juez: lo mismo hicieron los antiguos profetas. Si alguien, hablando por el espíritu, les pidiere dinero u otra cosa, no le hagáis caso; pero si aconseja se dé a los pobres, no le juzguen. A todo el que fuere a ustedes en nombre del Señor, recibidle, y pruébenlo después para conocerle, puesto que deben tener suficiente criterio para conocer a los que son de la derecha y los que pertenecen a la izquierda. Si el que viniere a ustedes, fuere un pobre viajero, socórranlo cuanto puedan; pero no debe quedarse en su casa más de dos o tres días. Si quisiere permanecer entre ustedes como artista, que trabaje para comer; si no tuviese oficio ninguno, procuren según su prudencia a que no quede entre ustedes ningún cristiano ocioso. Si no quisiere hacer esto, es un negociante del cristianismo, del cual os alejaréis. El verdadero profeta, que quisiere fijar su residencia entre ustedes, es digno del sustento; porque un doctor verdadero, es también un artista, y por tanto digno de su alimento. Didaché (80-140 d.C.)

El falso profeta, no teniendo poder de un Espíritu divino en sí, habla con ellos en concordancia con sus preguntas [y en concordancia con las concupiscencias de su maldad], y llena sus almas según ellos desean que sean llenadas. Porque, siendo vacío él mismo, da respuestas vacías a los inquiridores vacíos… Pero dice también algunas palabras de verdad; porque el diablo le llena de su propio espíritu, por si acaso le es posible abatir a algunos de los justos. .. Hermas (150 d.C.)

«Escucha», me contestó, «respecto a estos dos profetas; y, como te diré, así pondrás a prueba al profeta y al falso profeta. Por medio de su vida pon a prueba al hombre que tiene el Espíritu divino. En primer lugar, el que tiene el Espíritu [divino], que es de arriba, es manso y tranquilo y humilde, y se abstiene de toda maldad y vano deseo de este mundo presente, y se considera inferior a todos los hombres, y no da respuesta a ningún hombre cuando inquiere de él, ni habla en secreto (porque tampoco habla el Espíritu Santo cuando un hombre quiere que lo haga), sino que este hombre habla cuando Dios quiere que lo haga. Así pues, cuando el hombre que tiene el Espíritu divino acude a una asamblea de hombres justos, que tienen fe en el Espíritu divino, y se hace intercesión a Dios en favor de la congregación de estos hombres, entonces el ángel del espíritu profético que está con el hombre llena al hombre, y éste, siendo lleno del Espíritu Santo, habla a la multitud, según quiere el Señor… «Respecto al espíritu terreno y vano, que no tiene poder, sino que es necio. En primer lugar, este hombre que parece tener un espíritu, se exalta a sí mismo, y desea ocupar un lugar principal, e inmediatamente es imprudente y desvergonzado y charlatán y habla familiarizado en -muchas cosas lujuriosas y muchos otros engaños, y recibe dinero por su actividad profética, y si no lo recibe, no profetiza. Por lo tanto, pon a prueba, por su vida y sus obras, al hombre que dice que es movido por el Espíritu. Hermas (150 d.C.)

En cambio, los falsos profetas, llenos del espíritu embustero e impuro, no hicieron ni hacen caso, sino que se atreven a realizar ciertos prodigios para espantar a los hombres y glorificar a los espíritus del error y a los demonios. Justino Mártir (160 d.C.)

Ella entonces se siente profetisa … y en agradecimiento no sólo le da una gran parte de sus riquezas, de donde él amontona una buena cantidad de dinero; sino que también le entrega su cuerpo deseando estar unida íntimamente con él... Otras mujeres más fieles, llevadas por el temor de Dios, no se dejan seducir. Cuando él las ha intentado seducir como a las otras, mandándoles que profeticen, se han alejado de este hombre fuera de sí lanzándole insultos y anatemas… Dios concede esta gracia desde lo alto a quienes él quiere; y quienes reciben de Dios este don, hablan donde y cuando Dios quiere, no cuando Marcos ordena. Ireneo (180 d.C.)

También juzgará a los falsos profetas, los cuales, no temiendo a Dios ni aceptando de Dios el don de la profecía, fingen profetizar, mintiendo contra Dios, o por vanagloria, o por interés de ganancias, o por influjo del mal espíritu. Ireneo (180 d.C.)

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