En 1 Samuel 17:39 leemos estas palabras las cuales nos sirven como título de este mensaje. En medio del temor y la verguenza, y con los ejercitos de Israel huyendo derrotados, el siervo escogido y preparado por Dios salió sin temor a la lucha con plena confianza en la victoria, contando para su fuerza solamente en Dios. Saúl, en rebelión, y abandonado por Dios, habiá perdido todo su coraje y poder, pero buscó poner su propia armadura a David. De esta misma vacía forma de piedad, hoy también se quiere poner ropas carnales a los siervos fieles de Dios, los cualesÉl ha levantado. Por esto, el que quiere prevalecer en este santo combate contra los fuerzas del mal y las tinieblas, las cuales han venido contra nosotros en estos días como un diluvio, no debe someterse bajo la carnal armadura de un cristianismo apostatado e impotente, del que Dios se ha retirado. "YO NO PUEDO ANDAR CON ESTO, PORQUE NUNCA LO PRACTIQUÉ. Y DAVID ECHÓ DE SÍ AQUELLOS COSAS." Él no sólo vió que estas cosas serián un impediamento para él, sino que él necesitaba echarlos de sí. Cargado con estas nunca podría vencer a su poderoso enemigo. Dijo: "NUNCA LO PRACTIQUÉ" ¿Qué resultado hemos obtenido al probar estas humanas formas de armadura en la actualidad (las cuales, aunque tienan apariencia de piedad, en los hechos niegan la eficacia de ello 2 TI 3:5) para estar mejor equipados en nuestro esfuerzo de levantar el estandarte de la Palabra de Dios contra el poder del enemigo? ¿Qué avivamiento del poder de Dios y de su obra ha producido toda esta maquinaria humana desde que nos hemos desviada de la sencillez del evangelio? Las comisiones y organizaciones; los programas y entretenimientos; el exhibicionismo y el buscar y recibir la honra del hombre, tambien el darla para inducir más celo y esfuerzo; las atraciones musicales; el énfasis sobre logras educacionales; y los proyectos recreativos para jóvenes; los cuales son planeados como atractivo para atraerlos dentro de la red del evangelio, ¿qué virtud probada han mostrada todas estas "ropas de Saúl" para que debamos nosotros vestírnoslas cuando salimos a luchar contra la frialdad y muerte espiritual que nos rodea, buscando la victoria en el nombre de Jesucristo nuestro Señor y el reavivamiento de fuego del Santo Espíritu; para que su ardiente amor se encienda otra vez en los corazones y las vidas de su pueblo? ¿Podemos hacer esto llevando "LA ARMADURA DE SAÚL"?
¿No han sido siempre la sencillez, la humildad, y la separación de lo carnal y lo mundano, las caracteristicas del avivamiento verdadero y la manifestación del poder de Dios? ¿Y no han sido el crecimiento y la multiplicación de métodos mundanos en las iglesias evangelicas una señal de la retirada del Espíritu Santo, con su presencia, y obra verdadera de santidad? Con esta retirada todos pueden ver que el cristianismo está abandonándose a su propia frialdad e insensibilidad y muerte espiritual, mientras el pecado brota por todos lados y el mundo corre rápidamente hacia su destrucción. Que Dios nos ayude a echar de nosotros toda esta vestiduria carnal, la cual ya ha sido probada y examinada, y ha sido hallada falta (ver DA 5:27) en la lucha sagrada, como instrumento sin poder y defensa de una iglesia apostatada.
Donde Dios obra verdaderamente, Él será glorificado, y Él será manifestado a sí mismo de acuerdo a su voluntad divina. Pero toda esta maquinaria y exhibiciones humanas no le dan el Espíritu Santo ningún lugar para manifestarse. Cuando leemos las historias de avivamientos dados en diversos tiempos y lugares, siempre notamos cómo Dios obró fuera del orden común y esperado de cosas, de sistemas humanos, bajo los cuales habría sido ahogado el mover del Espíritu Santo. Muchos veces la envidia, al igual que con los fariseos, levantaba un tumulto de persecución, pero Dios trabajó a través de hombres bien dispuestos a seguir su dirección al costo que fuera. Por medio de hombres fieles grandes victorias fueron ganados para Dios. Una y otra vez, nosotros hemos visto a aquellos tiempos de refrigerio ser seguidos prontamente por una declinación espíritual y rebelión. Mientras la vida nueva y espiritual comenzaba a moldearse a un sistema humano, los fuegos de avivamiento comenzaban a morir y el espíritu de compromiso con el mundo y rebelión empezaba a obrar.
No, no podemos avanzar y ganar las victorias para el Señor, las cuales Él pone delante de nosotros, hasta que hayamos echado afuera toda este carnal "armadura de Saúl" (la cual no ha pasado la prueba) y andemos solamente en el poder y la fuerza de Jehová. La iglesia primitiva no tenía ninguno de estos acompañamientos de religión que tenemos hoy. Los cristianos primitivos servían a Dios en la simplicidad del evangelio, confiados en Él, y Él obraba maravillas. En una generación el mensaje se proclamó cerca y lejos sobre el mundo (el que era conocido en aquel tiempo), por el poder del Espíritu Santo. Ellos no necesitaron hacer publicidad ni atraer a la gente por métodos mundanos. El poder del Espíritu se manifestaba, y ellos confiaban en él, y Él hizo la obra. Leemos en la historia del reavivamiento galés, de su simplicidad. La obra humana estaba notablemente ausente, sin embargo Dios se enaltecía; no había coro, pero todos cantaban, no había colectas de dinero. Los hombres se hacían a un lado y le daban al Señor la oportunidad de obrar.
Sabemos que la vida cristiana es una vida sobrenatural. Sabemos que esta se desarrolla en nosotros individualamente, pero no por nuestras propias obras, sino que "Cristo en nosotros la esperanza de gloria" (CO 1:27) es quien se manifiesta por la fe, a través de una vida totalmente entregada y apartada sólo para Él. Si esto es así (que la iglesia está compuesta por almas y vidas entregadas a Dios, y que es dirigida y movida por Él ) ¿por qué debemos creer que necesita ser organizada, dirigida y controlada por manos humanos, y llenada con obras y proyectos de hombres, según los compromisos con un mundo impío, todo esto a fin de hacerlo funcionar? Parece difícil hallar un grupo hoy, que no ha caído en el espíritu de actividades sociales mundanas, diversiones, como también en una multiplicidad de obras y programas de maquinaria humana. Parece difícil hallar un lugar donde no reine el orgullo, ni el espíritu de exhibicionismo y de carnalidad, que trata de atraer la atención hacia sí mismo. Son comunes las cenas, fiestas, actividades para los jóvenes, deportes, y juegos de diversos tipos, los cuales pueden retener a los jóvenes en la iglesia, pero que nunca pueden llevarlos a los fuentes de aguas vivas, las que Cristo tiene preparados para todos aquellos que buscan su rostro. Cristo dijo: "DEJA QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS, Y TÚ VE, Y ANUNCIA EL REINO DE DIOS" (MAT 8:22). ¿Cuando dejará la iglesia al mundo dedicarse a las cosas materiales de este mundo, para consagrarse a la sola tarea de proclamar el evangelio eterno en el poder del Espíritu a un mundo perdido? Existe una fuerza de atracción y un poder tales en la sencilla predicación de la Palabra de Dios (cuando es ungido por el Espíritu Santo), que atrae y sacia al alma hambriente, y la cual no necesita como introducción atracciones musicales. Si confiamos en el Espíritu para que nos guíe en sus caminos en nuestras vidas personales, ¿por qué no confiar en su guía para nuestra pública adoración, para una adoración en espíritu y en verdad, la cual Dios busca de sus criaturas (y la que sólo le es acepta)? (JN 4:23) Si nosotros no podemos venir individualmente ante Dios con nuestros propias muertas y vacias obras ¿por qué ofrecemos las obras de nuestras manos en nuestros cultos públicos? Si esto es verdad en nuestras vidas personales (que nuestros propios caminos y obras sean vacíos y huecos de su presencia y poder) ¿esto será menos verdadero en la iglesia?
¿Dónde está el pueblo que tendrá el coraje de echar todas estas cargas, las cuales el enemigo ha puesto sobre nosotros, para que de ahora en más sigamos la simplicidad del evangelio, "la fe que ha sido una vez dada a los santos"? (JD 3) ¿Quién se despojará completamente de las vacias y mundanales formas, de este tiempo de apostasía y aprenderá de la Palabra de Dios, y del ejemplo de la Iglesia primitiva, la adoración pura, la cual aceptará Dios, y através de la cual Él hará una obra poderosa de salvación en los corazones y las vidas de los hombres? Mientras oramos por un avivamiento y para que Dios haga de nosotros soldados poderosos para Él, para poder vencer a nuestros enemigos fuertes y engañosos y poder salvar almas preciosos de las garras de Satanás, oremos también para que Dios nos otorgue gracia para poder echar fuera de nosotros toda ese "armadura de Saúl" (como lo hizo David) de esta apostatada generación, la cual Dios ha abandonado. También oremos para que podamos ser vestidos "con toda la armadura de Dios, para que poda(mos) estar firmes contra las asechanzas del diablo" (EF 6:11). Al igual que David, no podemos marchar hacia la victoria con la "ropa de Saúl".
Que podamos, en el nombre de Jesús, vestirnos con toda la armadura de justicia, y con las armas de Dios. "Porque las armas de nuestra milicia so son carnales, sino poderosos en Dios para la destrucción de fortelezas" (2 CO 10:4) Esta es la armadura que ha sido probada en todas las pasades edades, y lo cual ha resistido examen de cada batalla... Amén.
-Autor desconocido
No hay comentarios:
Publicar un comentario