sábado, 4 de abril de 2015

El Sermón del Monte—su fondo, su propósito y su estructura (LECCIÓN 1)


Se tarda solamente dieciocho minutos para leer en voz alta el Sermón del Monte de Jesucristo que se encuentra en los capítulos 5, 6 y 7 de Mateo. Sin embargo, estas palabras inmortales han creado una impresión imborrable en las mentes de los hombres.

Gandhi las llamó las palabras mayores en toda literatura y trató de hacerlas un programa de acción política. Tristemente, él nunca aceptó al Autor de ellas como su Salvador y Señor personal. Nietzsche, el filósofo loco de Alemania quien inventó las palabras “Dios está muerto”, protestó furiosamente contra el Sermón del Monte, llamándolo la moralidad de esclavos.

Martín Lutero afirmó que era imposible vivirlo y que fue dado por Dios solamente para mostrarnos nuestra extrema necesidad de la gracia. Scofield dijo que no era para la iglesia, sino para un milenio futuro. Tolstoi quiso practicarlo sin adorar a Jesucristo como Salvador, y fracasó.
Ninguno de estos hombres encontró el significado verdadero del Sermón del Monte. Nuestro Señor mismo dijo del Sermón: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” (Mt. 7.24). Lo importante es que el Sermón del Monte no os un código de ética para acción política por hombres no regenerados, sino que es el Manifiesto de Cristo que describe el carácter de los que son salvos por su sangre, nacidos de nuevo por su Espíritu, y que pertenecen a su reino.
El Sermón del Monte no es una colección de reglamentos y normas, sino una revelación de la afable disposición de los que han sido trasladados del reino de las tinieblas al reino del Hijo de Dios, una nueva posición, por la gracia redentora de Dios.
De hecho, el sermón del monte fue usado para enseñar a conversos antes de su bautismo.

Queda evidente que el Sermón del Monte es la ética básica del cristiano, que vemos repetida, explicada y ensanchada a través del resto del Nuevo Testamento. (En la lección VIII veremos como aparece en el resto del Nuevo Testamento). Los anabautistas lo miraron como fundamental.
Los fundamentalistas y los pietistas, siguiendo a Lutero y a Scofield con sus compromisos en la Iglesia estatal y política; la transigencia católica de Constantino, generalmente han tratado de evitar o aplazar le ética del Sermón del Monte. ¡Aun se quejan de que no hable de la cruz y que por lo tanto no tiene nada que ver con la salvación!

La cruz le es central y fundamental al Sermón del Monte. ¡Es la ética de los que se han arrepentido de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado! ¡La persona que puede leer el Sermón del Monte y no ver la centralidad del perdón y reconciliación, en verdad, ella es ciega! No solamente es ésta la roca en que se basa la salvación cristiana por la obra redentora y perdonadora de Cristo, sino que Cristo mismo es el Camino; la mente de Cristo es nuestro modelo del carácter cristiano. ¡Si nuestra posición nueva en la gracia no nos da una disposición nueva y afable, no se ha llevado a cabo la salvación! Lee Mateo 5.23, 24; 6.12-15
El fondo del Sermón del Monte claramente da por sentado que Cristo primeramente predicó el Evangelio y reunió a sus discípulos a quienes procedió a enseñar el Sermón del Monte como una exposición del carácter y las credenciales de su iglesia:
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mt. 4.17)...Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres (Mt. 4.19), ...Y recordó Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino (Mt. 4.23). Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba” (Mt. 5.1,2).

El Fondo
 Cualquier texto fuera de contexto puede llegar a ser un pretexto. El Sermón del Monte tiene que ser entendido en su contexto. Evidentemente, consiste en dos partes mayores: las bienaventuranzas y el resto. Algunos han querido hacer de las bienaventuranzas como una tabla de contenido del Sermón, y lo han dividido de acuerdo con eso en nueve tópicos. Esto, sin embargo, parece ser forzado y artificial.
Si comparamos el Sermón del Monta a la Declaración de independencia de los EE.UU., las bienaventuranzas son el preámbulo. Como en su totalidad es claramente un manifiesto, o sea las credenciales o la constitución, de las éticas del reino de los cielos, considerémoslo como el programa de la Iglesia y el carácter del cristiano.
En el contexto del Evangelio según San Mateo, el Sermón del Monte le sigue a la tentación de Cristo en Mateo 4. ¡Muy pocos eruditos bíblicos han explicado la relación entre la tentación y el Sermón del Monte, pero es en realidad la clave escondida!
Las tres tentaciones de Cristo no eran solamente personales, sino también programáticas. Personalmente representan todas las tentaciones a las cuales está expuesta la humanidad: los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida (1 Jn. 2.16). En esto representan toda le naturaleza tripartita del hombre: el cuerpo, el alma y el espíritu. Lee Mateo 4.1-11 con cuidado y haz notar como es esto.
Mateo 4.1-4 en el nivel personal es la tentación del cuerpo por medio de sus deseos y apetitos. Pero programáticamente, era una tentación para Cristo (y la Iglesia) de basar el ministerio del reino en un programa de asistencia social; ¡pan para todos! ¿Cuántas Iglesias han caído en esta tentación y han cambiado el Evangelio a un evangelio social?
Mateo 4.5-7 es la tentación de los deseos de los ojos, de desempeñar un papel ante los hombres y atraerlos con poder del alma o sentimentalismo en lugar de la convicción espiritual. El deseo de desempeñar un papel, para ser visto de los hombres, ser presumido, está profundamente arraigado en la naturaleza de la carne. Cristo rehusó un programa basado en señales espectaculares. ¡En realidad, él dijo que es una generación mala y adúltera que busca señales! (Mt. 12.39; 16.4)1 ¿Pero cuántas Iglesias actuales especializan en este sentimentalismo? Actores, músicos, oradores y otros que desempeñen papeles que reciben altos sueldos crean sentimentalismo costoso para atraer a las masas. Jesús rehusó este programa.
La tercera tentación era a lo espiritual, el pervertir a la adoración por medio de dirigirlo hacia un objeto indigno. Programáticamente, ésta es le tentación de utilizar de pompa y poder político para extender el reino de Dios. El Señor Jesús rehusó la oportunidad de establecer un reino Judío en la tierra (Jn. 6.15). El rechazó la revolución o el militarismo (Jn. 18.11,36). ¿Pero cuantos “cristianos” famosos han aceptado esta tentación de Satanás y alegremente han aceptado la espada para promover y proteger su “programa religioso”? Constantino, los papas, Lutero, Züinglio, Cromwell; todos se tomaron poder terrenal y gobernaron por la vanagloria de la vida.


EL ÁRBOL CARNAL
El imperio romano gobernó las masas por medio de proveer tres cosas al pueblo: panem (pan), circensem (los circos), y caesarol (los césares). Estos eran los mismos tres programas que nuestro Señor rechazó. En el nivel personal, estos son los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida (o la codicia de poder). Todo el Sermón del Monte es una exposición de la maldad de éstos.
Hay dos métodos para tratar la carnalidad. El uno es solamente recortar unas de las ramas más feas, y así darle en su totalidad una apariencia más aceptable. El método mejor es el de hacer como dijo Juan el Bautista que Jesús haría al introducir el reino de los cielos:
“Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego” (Mt. 3.10).
Como prueba que este contexto total se acomoda con el Sermón del Monte, oímos a Jesús en Mateo 7.16-20 volver a este tema del árbol espiritual comparado al árbol carnal: “Así que, por sus frutos los conocerá”. ¿Cómo puede el árbol malo de programas carnalos llevar buen fruto? Cuando se mezcla la religión con el evangelio social, funciones teatrales, música mundana, actores de altos sueldos, el correr tras señales espectaculares, pompa política, desfiles, procesiones y poder, ¡es prueba del árbol malo!


Dos Clases de Reinos
 Uno de los métodos hermosos de las parábolas bíblicas es usar dos cosas opuestas para transmitir grandes verdades espirituales. En Mateo 4.8 habla de “los reinos del mundo”. Entonces dos veces en Mateo 4 (vss. 17 y 23), leemos de “el reino de los cielos” y “el evangelio del reino”. Esto es seguido con otro menciones más en el Sermón del Monte (Mt. 5.3,10,19,20; 6.10,33; 7.21). Nuestro Señor dijo: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” (Jn. 18.36).
Vez tras vez, Cristo acentúa que su reino no es de este mundo. Es el reino de los cielos; por lo tanto, sus sujetos tienen su ciudadanía celestial, y su lealtad en primer lugar, de obedecer a Dios antes que a los hombres, cuando haya un conflicto entre las dos clases de reinos.
En Mateo 4.23 Jesús proclama que solamente pueden entrar en el reino de los cielos a los que se arrepienten de sus pecados. Juan 3.3-8 demuestra a nuestro Señor explicando además que esto significa ser nacido de nuevo del Espíritu de Dios, dejando la vida vieja y entrando en la vida del reino. Lucas 17.21 dice que el reino de Dios está entre vosotros. Colosenses 1.13,14 dice que los redimidos por su sangre han sido “librados de la potestad de las tinieblas, y trasladados al reino de su amado Hijo”.
En el padrenuestro, oramos que venga su reino, queriendo decir que se extienda y que otros entren en él y que será consumado a la venida de Cristo (1 Co. 15.24-26).
Es claro que el reino de los cielos y el reino de Dios son una y la misma cosa. Se intercambian los términos en Mateo 19.23, 24. También queda inequívocamente evidente que existe en ambos un aspecto presente y un aspecto futuro del reino de Dios.

La estructura del Sermón del Monte:
El lenguaje es primorosamente bello. Es poético, demuestra paralelismo hebreo (que repite la misma verdad en varias maneras) y es rítmico (como en el padrenuestro). Es pictórico, desde los retratos de los fariseos hipócritas hasta los lirios del campo que son más gloriosos que Salomón. Es proverbial, expresando grandes principios en palabras atinadas. Se ha dicho que es la esencia destilada del Antiguo Testamento, dando énfasis en que debemos amar a Dios y a nuestro prójimo.
Consiste solamente de tres capítulos y 111 versículos. Fue dado evidentemente para ser memorizado y repetido oralmente, Fue usado por la iglesia primitiva para instruir a los conversos en preparación para el bautismo. Los rabis usaban principios numerados como puntos de referencia fáciles. Se usa el mismo sistema aquí. Después de 3 tentaciones y las 3 invitaciones (arrepentíos, venid en pos de mí, ser pescadores de hombres) de Mateo 4, notamos estos grupos numéricos en Mateo 5, 6 y 7:
9    Bienaventuranzas: Mt. 5-12

3    Testigos (sal, luz, ciudad): Mt. 5,13-16

6    Maneras en que el amor cumple la ley: Mi. 5.17-48

3    Secretos (limosna, oración, ayuno): Mi. 6.1-18

3    Parejas de codicia (tesoros, ojos, maestros): Mi. 6.19-24

4    “Por tantos” contra el temor: Mt. 6.25-34

4    Consejos (no juzguéis, no deis, pedid, haced vosotros): Mt. 7.1-12.

4    Advertencias (camino malo, fruto malo, les palabras y los hechos de los profetas falsos, casas malas): Mt. 7.13-29

Así que como una estratagema para memorizar, podrían recordar el bosquejo entero del Sermón del Monte con contar los temas mencionados de la siguiente manera: 9::3::6::3::3::4::4::4. En total son 36 temas.



Otro bosquejo sencillo del Sermón del Monte sería:

I. La vida del reino descrita     
A. Las características de sus ciudadanos nueve bienaventuranzas. Mt. 5,1-12
B. Su testimonio (sal, luz), Mt. 5.13-18
II.   La relación del Nuevo Pacto con el Viejo

A. El cumplimiento de la Ley. Mt. 5.17-20

B. Seis maneras en que el amor busca reconciliación. Venciendo a la ira, al maldecir, a la concupiscencia, al divorcio, al perjurio y a la venganza. Mt. 5.21-48

 III. La relación correcta con Dios y con bienes
A. Tres secretos (limosna, oración y ayuno). Mt. 6.1-18
B.   Vivir en confianza en vez de codicia. Mt. 6.19-34

IV. Aprender el discernimiento

A.  Juzgar comparado con discernir. Mt. 7.1-6

B.   Pedir y recibir. Mt. 7.7-12

C. Discernir lo verdadero de lo falso (Caminos, profetas, fruto, casas). Mt. 7.13-29.



Moisés y Cristo
Así como Moisés fue usado por Dios para unir a Israel en una sola nación, estando cuarenta días en el monte y bajando con la ley, así también con Jesús. Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado. Vino después con su Nuevo Pacto, que era el cumplimiento de la ley—el Sermón del Monte. Esta paralela no es coincidente sino fue planeada por Dios para revelar la finalidad de las credenciales del reino del Nuevo Pacto.


LEA MAÑANA LA LECCIÓN 2


© 1986 por Guillermo McGrath
Publicaciones A.M

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