lunes, 23 de febrero de 2015

DEPENDER DE DIOS DIARIAMENTE



El abandonarse en los brazos del Señor es un tema que se nos ha enseñado, pero que muchos testimonios escuchamos de creyentes que ante una situación difícil optaron por buscar socorros diferentes al poder divino; ante la escasez, la enfermedad o algunos de los muchos problemas que confronta el creyente LA DEPENDENCIA EN DIOS queda en solo teoría.
Depender en Dios diariamente y confiar en su cuidado es algo que nos evitará desespero, turbación y estrés; debemos estar consciente que el que alimenta a las aves y viste a los lirios del campo no fallará en danos su providencia. La dependencia debe ser diaria, esto se enseñó en el antiguo pacto y Cristo también lo enseñó en el patrón de oración del padre nuestro.
Leamos-






Éxodo 16

Toda la congregación de los hijos de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día 15 del mes segundo después de salir de la tierra de Egipto.
2 Entonces toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto.
3 Los hijos de Israel les decían: —¡Ojalá Jehovah nos hubiera hecho morir en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
 4 Entonces Jehovah dijo a Moisés: —He aquí, yo haré llover para vosotros pan del cielo. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día; así lo pondré a prueba, si anda en mi ley o no.
5 Pero en el sexto día prepararán lo que han de llevar, que será el doble de lo que recogen cada día. 6 Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: —Al atardecer sabréis que Jehovah os ha sacado de la tierra de Egipto. 7 Y al amanecer veréis la gloria de Jehovah, porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehovah. Pues, ¿qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros? 8 —Agregó Moisés—: Jehovah os dará al atardecer carne para comer y al amanecer pan hasta saciaros, porque Jehovah ha oído vuestras murmuraciones contra él. Pues, ¿qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehovah.
9 Moisés dijo a Aarón: —Di a toda la congregación de los hijos de Israel: "Acercaos a la presencia de Jehovah, pues él ha oído vuestras murmuraciones."
10 Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de Israel, miraron hacia el desierto; y he aquí, la gloria de Jehovah se apareció en la nube.
11 Y Jehovah habló a Moisés diciendo:
12 —Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales diciendo: "Al atardecer comeréis carne, y al amanecer os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehovah vuestro Dios."
13 Al atardecer vinieron las codornices y cubrieron el campamento. Y al amanecer había una capa de rocío alrededor del campamento.
14 Cuando se evaporó la capa de rocío, he aquí que sobre la superficie del desierto había una sustancia menuda, escamosa y fina como la escarcha sobre la tierra.
15 Al verla, los hijos de Israel se preguntaron unos a otros: —¿Qué es esto? Pues no sabían lo que era. Entonces Moisés les dijo: —Es el pan que Jehovah os da para comer.
16 Esto es lo que Jehovah ha mandado: "Recoged de ello cada uno según lo que necesite para comer: un gomer por persona. Cada uno recogerá según el número de las personas que están en su tienda."
17 Así lo hicieron los hijos de Israel. Unos recogieron más, y otros menos.
18 Lo midieron por gomer; y al que recogió mucho no le sobró, y al que recogió poco no le faltó. Cada uno recogió según lo que necesitaba para comer.
19 Y Moisés les dijo: —Ninguno guarde nada de ello hasta el día siguiente.
20 Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos.
21 Lo recogían cada mañana, cada uno según lo que necesitaba para comer; y cuando el sol calentaba, se derretía.
Esta es la situación en la que los Hebreos que salieron de Egipto iban a recibir el maná de Dios, pero El Señor dio unas ordenes que podemos resaltar para sustentar la enseñanza.

En el vers.19 se les dice"NINGUNO GUARDE DE ELLO (el maná) PARA MAÑANA" - Era una manera de instruirlos en la dependencia día a día de Dios, era tomar lo suficiente para ese día y que confiaran que el que envió pan ese día mañana no fallaría en enviarlo, algunos tomaron de mas para almacenar pero al día siguiente el pan hedió y le brotaron gusanos.


La providencia de Dios se refiere a la dirección y al cuidado que Dios tiene por toda su creación. La soberanía de Dios se refiere al hecho de que Dios es el supremo legislador del universo.


Acepta con gratitud las pruebas que sobrevinieren, recordando que nada nos sucede sin la voluntad de Dios.
Didaché (80-140 d.C.)


¡La paz y gracia del Señor sean con todos!
Tu amigo y Hno. David Criollo

domingo, 22 de febrero de 2015

Cuando el pueblo de Dios pierde su identidad y territorio



En aquellos días no había rey en Israel;  cada uno hacía lo que bien le parecía.
Jueces 17:6

…y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro,  ocioso y confiado.
Jueces 18:7


El tiempo de los jueces se puede resumir como la época de la caída tras caída, en constantes ocasiones el pueblo de Israel se tornó a la idolatría y apostasía, los hombres que Dios habia erigido para que anunciasen su ley se descarriaron. La violación a los mandamientos del Señor alcanzaron un alto grado en medio del pueblo que debía servirle, Israel se estaba autodestruyendo en robos, asesinatos y todo tipo de transgresiones. Pero hoy tomaremos en particular la historia de Micaía, su madre y un levita que usurparía  un cargo y como esto al final fue una tragedia.


Jueces 17:1-13:
Este pasaje narra el comienzo del escrito que será objeto de nuestro estudio.

Inicia cuando un hombre del  monte de Efraín llamado Micaía recuperó el dinero que su madre había perdído, la madre en un acto de acción de gracias prometió dedicar aquel dinero para la obra de Dios, se lee asi:

"Y él devolvió los mil cien siclos de plata   a su madre;  y su madre dijo:  En verdad he dedicado el dinero a Jehová por mi hijo…" Jueces 17:3

Hasta allí todo iba de manera correcta, pero la promesa no iba acompañada de obediencia a la ley de Dios, pues esta era un acto de rebelión contra el Señor, leemos:

“3…para hacer una imagen de talla y una de fundición;  ahora,  pues,  yo te lo devuelvo.
 4  Mas él devolvió el dinero a su madre,  y tomó su madre doscientos siclos de plata   y los dio al fundidor,  quien hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición,  la cual fue puesta en la casa de Micaía.
5  Y este hombre Micaía tuvo casa de dioses,  e hizo efod y terafines”
Jueces 17:3-5

Aquel acto de falsa adoración es lo que conocemos hoy como sincretismo religioso, el sincretismo religioso es la mezcla de elementos o prácticas de diferentes religiones, es decir la mezcla de distintas doctrinas; en nuestros días esto es una práctica frecuente, hace unos días se dejó leer la noticia que un “famoso artista cristiano” ofreció una actividad en la sede máxima de la religión romana como tributo a la máxima autoridad de esa doctrina, esto es un preparativo para la unión de todas las religiones que servirá como fundamento en el gobierno del anticristo.  La ofrenda de la madre de Micaía no era más que el intento de adorar a Dios y a Baal al mismo tiempo, delante de sus ojos era un acto agradable pero de acuerdo al escrito sagrado era una violación a la santidad de Dios.

Hacer imágenes estaba prohibido por la Ley (Ex. 20:3, 24; Deut. 4:16). La fe de Israel excluía toda imagen. Éxodo 20:3  No tendrás dioses ajenos delante de mí.  Éxodo 20:4  No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.


Ministerios levantados por los hombres y no por Dios:

“5 y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.
6  En aquellos días no había rey en Israel;  cada uno hacía lo que bien le parecía. ”
Jueces 17:5-6

La apostasía de Micaía prosiguió terriblemente, pues aquel escogió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote, Antes de establecerse el sacerdocio levítico, la tribu de Leví fue separada para ministrar a Israel, los primogénitos desempeñaban aquellas funciones sacerdotales. Pero el grado de anarquía en aquella época alcanzó un nivel tan alto que en el libro se lee en dos ocasiones que “Cada uno hacía lo que bien le parecía”.

Y quiero detenerme en la última frase citada en el párrafo anterior, “Cada uno hacía lo que bien le parecía”, indagando en otras versiones de las sagradas escrituras hallé una que dice así:

“cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos”.
Jueces 17:6 (RVA)


Esto es la más cercano a lo que vivimos hoy y ha llevado a la iglesia actual a enredarse en enseñanzas y prácticas que aunque parecen buenas carecen de fundamento escritural. Es muy frecuente escuchar a predicadores repetir frases como “YO CREO”, “YO PIENSO”, “YO SIENTO”  y muchos hasta jactándose de proclamar que han recibido nuevas revelaciones y doctrinas en “experiencias sobrenaturales”. Hoy cada quién toma la senda de su propia interpretación, el evangelio a la carta es el éxito de muchos predicadores que han escalado posiciones dentro del sistema religioso dándole al cliente lo que desea.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón,  Y no te apoyes en tu propia prudencia.”
Proverbios 3:5 



El ministerio como fuente de ganancias materiales:

“7 Había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, que era levita y vivía allí como forastero.
8  Este hombre había partido de la ciudad de Belén de Judá para ir a residir donde encontrase lugar. Y en su caminar por la región montañosa de Efraín, llegó a la casa de Micaías.
9  Y Micaías le preguntó: —¿De dónde vienes? El le respondió: —Soy un levita de Belén de Judá, y voy a residir donde encuentre lugar.
10  Entonces le dijo Micaías: —Quédate conmigo y sé para mí como padre y sacerdote. Yo te daré 10 piezas de plata por año, y tu ropa y tu comida. El levita entró.
11  El levita convino en habitar con aquel hombre, y el joven llegó a ser para él como uno de sus hijos.
12  Micaías invistió al levita, el cual le servía de sacerdote y vivía en la casa de Micaías.
13  Micaías dijo: —¡Ahora sé que Jehovah me prosperará, porque un levita ha venido a ser mi sacerdote!”
Jueces 17:7-13


Acá entra en escena un levita procedente de Belén de Judá, aquel partió de su ciudad violando el mandato que Dios había dado en Números cap.35,este salió en busca de un lugar donde residir y buscar sustento, en su camino llegó al monte de Efraín donde se topó con Micaía, este en su desenfreno de apostasía le ofreció dinero y bienes materiales para que le sirviera como sacerdote, en pocas palabras lo contrató como sacerdote. 

Aquel joven no podia ejercer dicha tarea ya que no era de la familia de Aarón como Dios había determinado el sacerdocio en el antiguo testamento, pero cuando hay dinero de por medio no importa si se quebranta o no la voluntad de Dios.

"Y constituirás a Aarón y a sus hijos, para que ejerzan su sacerdocio: y el extraño que se llegare, morirá."
Números 3:10 (RVG)


Hoy es lo mismo, el pastorado o algún otro ministerio no se ve como la responsabilidad de guiar al pueblo hacia el camino que Dios ha establecido sino que se ve como una profesión que generara ingresos; hoy los, profesionales del púlpito sobran, los siervos escasean, esto ha traído como consecuencia un pueblo quer quiere servír a Dios pero que ignora sus mandamientos; el ministro debe ser un servidor de Dios y del pueblo, debe ser un hombre íntegro, que cumpla con los requisitos que Dios exige, porque escrito está: "Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque él es el mensajero de Jehová de los ejércitos."  Malaquías 2:7 (RVG)


EL PUEBLO OCIOSO QUE PERDIÓ SU TERRITORIO:

Entonces aquellos cinco hombres partieron, y vinieron a Lais; y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los sidonios; sin que nadie en aquella región los humillase en cosa alguna; y estaban lejos de los sidonios, y no tenían negocios con nadie. 
 Jueces 18:5


Para estudiar como aquel pueblo perdió su territorio tomaremos cinco puntos, que unidos forman un coctel de la muerte para un creyente o el pueblo completo:

  1. -Seguro
  2. -Ocioso
  3. -Tranquilo
  4. -Confiado
  5. -Aislado

UN PUEBLO SEGURO:
Cuando el pasaje se refiere al término seguro no lo hace para reflejar seguridad en la protección de Dios sino seguro en si mismo y descuídado de los peligros que acechan, El Señor Jesucristo en muchas ocasiones nos dijo "VELAD Y ORAD", estos términos debe ser selladoa en nuestras mentes y corazones, cuando el creyente o el pueblo se caen del fundamento existe casi siempre la misma causa-DESCUÍDO ESPIRITUAL.

El apóstol Pablo lo expresó muy bien:
“. . . para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.”
2da a los Corintios 2:11


UN PUEBLO OCIOSO:
El creyente debe mantener una vida espiritual activa, una relación estrecha con Dios, no descuidar ese contacto a diario con El Señor mediante la oración y la meditación en las sagradas escrituras, la ociosidad espiritual traen como consecuencia la indiferencia a los temas espirituales.


UN PUEBLO TRANQUILO Y CONFÍADO:
Al igual que el primer punto, los términos tranquilo y confiado no es para reflejar la fe en El Señor sino una conducta indiferente a los peligros que nos acechan, aquel pueblo que no había estado en batallas estaba en un estado de pasividad, como decimos en mi país "echados en la hamaca a la hora de la guerra", pero la advertencia del Señor es clara-
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar . . .”
1ra de Pedro 5:8

UN PUEBLO AÍSLADO:
El aíslamiento en ocasiones es necesario para tener tiempo a solas con Dios, pero cuando esto se convierte en un estado de vida prolongado es riesgoso, Cristo los apostoles y los primeros cristianos nos dieron ejemplo en ello, se dejan leer varios pasajes donde se ve una comunidad que se reunía con frecuencia, leamos algunos comentarios de creyentes de los primeros siglos:
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Hechos 2:42

No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos, y con mayor razón cuando veis que el día se acerca. 
Hebreos 10:25
Cuando se reunieren en el domingo del Señor, partan el pan, y para que el sacrificio sea puro, den gracias después de haber confesado sus pecados.Didaché (80-140 d.C.)

Te acordarás noche y día del día del juicio, y buscarás cada día las personas de los santos. Ya predicando  la palabra, y caminando para consolar y meditando para salvar un alma por la palabra, ya ocupado en oficio manual, trabajarás para rescate de tus pecados.
Bernabé (70-130 d.C.)

Huyamos de toda vanidad; odiemos absolutamente las obras del mal camino. No vivan solitarios, replegados en ustedes mismos, como si ya estuvieran justificados, sino, reuniéndose en un mismo lugar, aprendan juntos lo que a todos en común conviene.
Bernabé (70-130 d.C.)

Busquen constantemente la compañía de los santos, para que sean reconfortados con sus consejos.
Didaché (80-140 d.C.)

Cuando se  reúnan en el domingo del Señor, partan el pan, y para que el sacrificio sea puro, den gracias después de haber confesado sus pecados. El que de entre ustedes estuviere enemistado con su amigo, que se aleje de la asamblea hasta que se haya reconciliado con él, a fin de no profanar su sacrificio. Didaché (80-140 d.C.)

 Reúnanse a menudo para buscar lo que convenga a sus almas, porque de nada les servirá el tiempo que han profesado la fe, si no fueren hallados perfectos el último día. Didaché (80-140 d.C.)

Si alguno no está dentro del límite del altar, carece de pan [de Dios]. Porque si la oración de uno y otro tiene una fuerza tan grande, ¡cuánto más la del obispo y la de toda la iglesia! Por lo tanto, todo el que no acude a la congregación, con ello muestra su orgullo y se ha separado él mismo; porque está escrito: Dios resiste a los soberbios. Ignacio (105 d.C.)

Sean, pues, diligentes en congregarse con más frecuencia para dar gracias a Dios y para su gloria. Porque cuando se congregan con frecuencia, los poderes de Satanás son abatidos; y sus asechanzas acaban en nada frente a la unidad de su fe. Ignacio (105 d.C.)

Apresúrense a congregarse, como en un solo templo, Dios; como ante un altar, Jesucristo. Ignacio (105 d.C.)

Congréguense en asamblea con un corazón sencillo. Ignacio (105 d.C.)

Que se celebren reuniones con más frecuencia. Dirígete a todos por su nombre. Ignacio (105 d.C.)

Asimismo, vengamos aquí con más frecuencia, y esforcémonos en progresar en los mandamientos del Señor, para que, unánimes, podamos ser reunidos para vida. Porque el Señor ha dicho: Vengo para congregar a todas las naciones, tribus y lenguas. Segunda de Clemente (150 d.C.)

Estos [pues, que están mezclados en muchos y varios asuntos de negocios] no se juntan con los siervos de Dios, sino que se descarrían, siendo ahogados por sus asuntos. Hermas (150 d.C.)

Aquel pueblo al final fue derrotado y su terreno fue habitado por extraños.


Es un llamado solemne para cada creyente y el pueblo en general a cuidar el territorio de nuestras almas, cuídemomos de los cinco puntos que llevaron al fracaso al pueblo de Laís, no permitamos que el enmigo vuelva a poseer territorio en nuestras vidas.


CONCLUSIÓN:
En la primera parte vemos un pueblo que perdió su identidad, el culto a Dios fue profanado, el sincretismo religioso y ecumenismo eran el pan diario, la anarquia y materialismo eran el referente en el  sacerdocio (hoy todos somos sacerdotes de Cristo 1ra de Pedro 2:9), cada quién hacía lo que quería o parecia bien a sus ojos y en al final un coctel de muerte destruyó a todo un pueblo.


¡QUE LA PAZ Y LA GRACIA DEL SEÑOR SEAN CON TODOS!


Tu amigo y Hno. David Criollo

martes, 17 de febrero de 2015

LA NO RESISTENCIA EN LA VIDA CRISTIANA


NO RESISTENCIA
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Mateo 5:38-41



No os venguéis ustedes mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Romanos 12:19

No seáis vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21

La enseñanza (del camino de la vida) es esta: Bendigan a los que les maldicen, oren por sus enemigos, ayunen por los que les persiguen. Si aman a los que les aman, ¿qué gratitud merecerán? Lo mismo hacen los paganos. Al contrario, amen a los que los odian, y no tendrán ya enemigos. Absténganse de los deseos carnales y mundanos. Si alguien te abofeteare en la mejilla derecha, vuélvele también la otra, y entonces serás perfecto. Si alguien te pidiere que le acompañes una milla, ve con él dos. Si alguien quisiere tomar tu capa, déjale también la túnica. Si alguno se apropia de algo que te pertenezca, no se lo vuelvas a pedir, porque no puedes hacerlo. Didaché (80-140 d.C.)

Mostremos que somos sus hermanos con nuestra mansedumbre; pero seamos celosos en ser imitadores del Señor, animándonos unos a otros para lograr ser  el que sufre la mayor injusticia, el que es más defraudado, el que es más destituido, para que no quede ni una brizna del diablo entre ustedes, sino que en toda pureza y templanza permanezcan en Jesucristo con su carne y con su espíritu. Ignacio (105 d.C.)

Desde Siria hasta Roma he venido luchando con las fieras, por tierra y por mar, de día y de noche, viniendo atado entre diez leopardos, o sea, una compañía de soldados, los cuales, cuanto más amablemente se les trata, peor se comportan. Sin embargo, con sus maltratos llego a ser de modo más completo un discípulo; pese a todo, no por ello soy justificado.Ignacio (105 d.C.)

Hemos aprendido a no devolver golpe por golpe ni tampoco a presentar demandas en contra de los que nos saquean y roban. No sólo eso, sino que a los que nos den en una mejilla, hemos aprendido a volverle la otra también. Arístides (125 d.C.)

 (Una descripción de los cristianos) Aman a todos los hombres, y son perseguidos por todos. No se hace caso de ellos, y, pese a todo, se les condena. Se les da muerte, y aun así están revestidos de vida… Se habla mal de ellos, y aún así son reivindicados. Son escarnecidos, y ellos bendicen; son insultados, y ellos respetan. Al hacer lo bueno son castigados como malhechores.  Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)

No devolviendo mal por mal o burlas por burlas, o golpe por golpe, o maldición por maldición; sino recordando las palabras que dijo el Señor cuando enseñó: No juzguen, para que no sean juzgados. Perdonen, y serán perdonados. Tengan misericordia, para que puedan recibir misericordia. Con la medida que miden, se les medirá a ustedes; y también: Bienaventurados los pobres y los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de Dios. Policarpo (135 d.C.)

Los que nos odiábamos y matábamos, y no compartíamos el hogar con nadie de otra raza que la nuestra, por la diferencia de costumbres, ahora, después de la aparición de Cristo, vivimos juntos y rogamos por nuestros enemigos. Justino Mártir     (160 d.C.)

Sus palabras sobre el ejercicio de la paciencia, y sobre el estar prontos a servir y ajenos a la ira, son éstas: a quien te golpee en una mejilla, preséntale la otra, y a quien quiera quitarte la túnica o el manto, no se lo impidas. Mas quienquiera que se irrite, es culpable del fuego. A quien te contrate para una milla, acompáñale dos. Brillen, pues, sus obras delante de los hombres, para que viéndolas admiren a su Padre que está en los cielos. No debemos, pues, ofrecer resistencia. Justino Mártir (160 d.C.)

Lo que no quieran que se les haga a ellos no lo hacen a otros. A los que los agravian, los exhortan y tratan de hacérselos amigos, ponen empeño en hacer bien a sus enemigos, son mansos y modestos. Atenágoras (175 d.C.)

Usando la enseñanza del Señor: según su palabra… No sólo prohibió odiar a los demás, sino que ordenó amar a los enemigos. No únicamente prohibió hablar mal del prójimo, sino que mandó no llamar al otro vacío o estúpido, bajo pena de caer en el fuego de la gehenna. No sólo enseñó a no golpear a otro, sino que, si alguien nos golpea, a presentarle la otra mejilla. No se limitó a disponer que no hemos de robar lo ajeno, sino también a no reclamarle al otro que nos ha quitado lo nuestro; y no únicamente prohibió hacer el mal o herir al prójimo, sino que mandó hacer el bien con generosidad a quienes nos tratan mal y orar por ellos para que se conviertan y se salven. No hemos de imitar, pues, a los otros en las ofensas, los deseos y el orgullo. Ireneo (180 d.C.)

Por eso el Señor… en vez de simplemente pagar el diezmo, ordenó repartir los bienes entre los pobres; no amar sólo al prójimo, sino también al enemigo; y no únicamente estar dispuestos a dar y compartir sino también a dar generosamente a aquellos que nos arrebatan nuestros bienes: “Si alguien te quita la túnica, dale también el manto; no le reclames al otro lo que te arrebata; y trata a los demás como quieres que ellos te traten.” De modo que no debemos entristecernos de mala gana cuando algo nos quitan, sino que lo demos voluntariamente, incluso que nos alegremos más dando al prójimo por gracia que cediendo a la necesidad: “Si alguien te obliga a caminar con él una milla, acompáñalo otras dos,” de manera que no lo sigas como un esclavo, sino que tomes la delantera como un hombre libre. De este modo te harás siempre útil en todo a tu prójimo,  no mirando su malicia sino sólo tratando de ejercitar la bondad, para hacerse semejante al Padre, “el cual hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos” Ireneo (180 d.C.)

Mas si la ley de la libertad, es decir, la palabra de Dios que los apóstoles, saliendo de Jerusalén, anunciaron por toda la tierra, ha provocado tal transformación que las espadas y las lanzas se convierten en arados y en hoces que Él nos ha dado para segar el trigo (es decir que los ha cambiado en instrumentos pacíficos), y en lugar de aprender a guerrear, aquel que recibe un golpe pone la otra mejilla, entonces los profetas no han hablado de ningún otro, sino del que ha realizado estas cosas. Ireneo (180 d.C.)

El que se ha comprometido a seguir a Cristo, debe elegir una vida sencilla, sin necesidad de servidores, y vivir el día. Porque no somos educados para la guerra, sino para la paz.Clemente de Alejandría (195 d.C.)

A los cristianos no les es permitido usar la violencia para corregir las faltas del pecado.Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Pero es precisamente esta eficacia del amor entre nosotros (los cristianos) lo que nos atrae el odio de algunos que dicen: miren cómo se aman, mientras ellos se odian entre sí. Mira cómo están dispuestos a morir el uno por el otro, mientras ellos están dis-puestos, más bien, a matarse unos a otros. El hecho de que nos llamemos hermanos lo toman como una infamia. Tertuliano (197 d.C.) 

El cristiano no sabe ofender ni a sus propios enemigos. Tertuliano (197 d.C.)

¿Qué diferencia hay entre el provocador y el provocado? La única diferencia es que el primero fue el primero en hacer el mal, pero el último lo hizo después. Cada uno está condenado ante los ojos del Señor por herir a un hombre. Por cuanto Dios prohíbe y además condena toda maldad. Cuando se hace un mal, no se toma en cuenta el orden… El mandamiento es absoluto: no se paga mal por mal. Tertuliano (200 d.C.)

¿Y qué decir de que no debes jurar, ni hablar mal, ni exigir lo que te han quitado; lo de ofrecer la otra mejilla después de recibir la bofetada; que debes perdonar a tu hermano que te ha ofendido no sólo setenta veces siete, sino todas las ofensas; que debes amar a tus enemigos, que debes rogar por los adversarios y perseguidores? ¿Podrías acaso sobrellevar todos estos preceptos si no fuera por la fortaleza de la paciencia? Cipriano (250 d.C.)

Cuando sufrimos semejantes cosas impías, no resistimos ni siquiera de palabra. Más bien, le dejamos la venganza a Dios. Lactancio (304-313 d.C.)

El cristiano no perjudica a nadie. Él no desea la propiedad de los demás. De hecho, él ni siquiera defiende la suya propia si se la quitan por medio de la violencia. Por cuanto él sabe cómo soportar pacientemente un mal hecho en su contra. Lactancio (304-313 d.C.)

No nos resistimos a los que nos lastiman, porque debemos ceder ante ellos. Lactancio (304-313 d.C.)
Si todos hemos nacido del primer hombre, creado por Dios, somos ciertamente consanguíneos, y por eso debe considerarse un gran crimen odiar al hombre, aunque en algún caso éste sea culpable. Dios nos ordena que no demos lugar a enemistades y odios, y que hagamos lo que esté de nuestra parte para que desaparezcan; es decir, que socorramos a nuestros enemigos cuando se encuentren en necesidad. Lactancio (304-313 d.C.)

Porque si todos hemos recibido la vida de un solo Dios, ¿qué somos sino hermanos?... Y ya que somos hermanos, Dios nos enseña a nunca hacer el mal a otro, sino sólo el bien, auxiliando a los oprimidos y abatidos, y dando comida a los hambrientos. Lactancio (304-313 d.C.)

jueves, 5 de febrero de 2015

Matrimonio, divorcio y recasamiento (Estudio Bíblico)

Parte 1: El matrimonio

La Biblia dice:Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo,y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán,y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas,y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne;ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre ya su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2.18–24).

A. El origen del matrimonio
Los versículos citados anteriormente nos explican cómo Dios estableció el primer matrimonio. El propósito de éste fue para que Adán tuviera una compañera. Dios había dicho:“Le haré ayuda idónea para él”. ¿A qué se refería Dios al decir que ella sería una “ayuda idónea”para Adán?
No fue, como piensan algunos, principalmente para que ella hiciera el oficio de la casa, pues ¿qué necesidad tenían de una casa? No hacía frío; no hacía calor; no llovía… Tampoco fue para que le lavara la ropa a Adán, pues no tenía ropa antes de su desobediencia a Dios. Dios hizo a Eva para que fuera una ayuda idónea para Adán. Idóneo quiere decir “adecuado y apropiado para una cosa”. Eva fue apropiada para Adán; es decir, ella pudo ayudarlo precisamente en las áreas de su vida donde él necesitaba ayuda. La tendencia del hombre es evaluar todo a base de la lógica, pero la mujer emplea una perspectiva intuitiva.* Así que Eva pudo contribuir a la vida de Adán con una perspectiva intuitiva, lo cual le ayudaría a él alograr una perspectiva más equilibrada. Adán proveyó la parte de la fuerza, mientras que Eva contribuyó con la parte de la ternura.
Además, Dios creó a Eva para que, al habitar con Adán, procreara hijos. De otra manera hubiera sido imposible que el género humano cumpliera con el primer mandamiento que Dios les dio: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y so juzgadla” (Génesis 1.28).Dios le dio a Adán la compañera que precisamente le ayudó a cumplir el propósito que tuvo para él. Dios tiene un propósito para nosotros también. Y todavía hoy día, él nos da la pareja que necesitamos para cumplir con este propósito.

B. El orden del matrimonio
 “Dios no es Dios de confusión, sino de paz”(1 Corintios 14.33 ). Si tuviera que escoger una sola palabra para describir de mejor forma el matrimonio común y corriente de hoy día,sería “confusión”. La confusión matrimonial se manifiesta por todas partes: el enojo, la pereza,la irresponsabilidad, el adulterio, el divorcio,el abandono… No hace mucho hablé con una señora cuyo yerno había abandonado a su hija tres veces. Pero esta situación lamentable no se generó de la noche a la mañana. Se dieron una serie de conflictos, excusas y engaños.¿De qué provienen tal desorden y confusión matrimonial?

Por lo general el desorden matrimonial no viene sólo de un lado. Más bien proviene de lo que yo llamaría la “cultura de la indiferencia” hacia lo que Dios dice con respecto al orden del matrimonio. ¿A qué me refiero al decir “cultura de la indiferencia”? Permítame explicárselo:Hace como cuatro meses, platiqué con un hombre al que no había visto antes. Nuestra conversación se desarrolló más o menos de la siguiente manera. Primero, él me preguntó:
—Y ese lienzo que lleva su mujer en la cabeza,¿para qué lo lleva?
—Bueno, eso lo lleva en obediencia a lo que dice la Biblia en 1 Corintios capítulo 11.
—Pero, ¿para qué sirve?—Bueno, el velo tiene varios propósitos y significados: es un cubrimiento en muestra de modestia para su cabello largo; además, es una señal de su sumisión al hombre…Al mencionar la palabra sumisión, el hombre reaccionó de inmediato, arqueó las cejas y me respondió con indignación:—Mire, la mujer puede ser todo lo que es el hombre. Ella puede ser patrona, jefe, policía…aun puede ser presidenta del país.
—Al platicar más en cuanto a lo que la Biblia dice sobre este asunto, resultó evidente que mi amigo estimaba más su propia lógica que lo que Dios dice en cuanto al orden matrimonial.Y él no es el único. He escuchado a otros que profesan estar de acuerdo con lo que dice la Biblia con respecto al orden matrimonial.Sin embargo, con sólo referirse a su propio matrimonio, empiezan a presentar excusas como las siguientes: “Mi marido no es muy capaz”.“ Mi señora no cumple con su parte. ”A esto me refiero cuando hablo de una “cultura de indiferencia” al orden matrimonial establecido por Dios. Y una cultura no se cambia fácilmente.Tendrá que cambiarse corazón por corazón,persona por persona, pareja por pareja, iglesia por iglesia… Pero puedo predecir con confianza que a medida que nuestra cultura cambie a una“cultura atenta” a las instrucciones de Dios, la confusión existente en los matrimonios será reemplazada por la paz, el amor, el placer verdadero, la fidelidad y las acciones de gracias al sabio Creador del matrimonio.
Pero, ¿precisamente cuál es el orden matrimonial que Dios ha establecido? No lo describiré aquí, pues usted lo debe buscar en su propia Biblia. Ahí Dios lo revela con mayor claridad de lo que yo pudiera revelárselo en este artículo. El orden matrimonial establecido por Dios se encuentra principalmente en tres pasajes bíblicos. Búsquelos en:
• Efesios 5.22–33
• 1 Timoteo 2.8–15
• 1 Pedro 3.1–7
Y no diga lo que me dijo un amigo una vez. Dijo que estos pasajes sólo se tratan de costumbres culturales que ya no existen y que de ninguna manera constituyen principios vigentes para toda época. La verdad es que estos pasajes bíblicos hablan de principios basados en el acto de la creación,el pecado original y el ejemplo de Sara (que vivió miles de años antes que la cultura en la cual vivieron los escritores de Efesios, Timoteo y Pedro), y de la relación entre Cristo y la iglesia. Todas estas bases traspasan la cultura y la costumbre de cualquier país o época de la historia y llegan hasta nosotros hoy dondequiera que vivamos. ¿Acaso nos creemos más sabios que nuestro Creador? ¿Le permitiremos cambiar nuestra “cultura de indiferencia” a una cultura alerta a él y a su mensaje?

C. Los propósitos del matrimonio
 Nosotros, a la hora de analizar el éxito de nuestras relaciones con los demás (permítame decírselo con toda sinceridad), somos muy egoístas. Por ejemplo, si usted me pregunta cómo me va en el matrimonio, de momento pienso si soy feliz o no. Inmediatamente pienso si yo estoy obteniendo de mi matrimonio lo que necesito. No pienso primero si mi esposa es feliz. No pienso si mi matrimonio está cumpliendo los propósitos de Dios. De hecho, después de un momento pienso en estas cosas también, pero requiere esfuerzo.Debemos esforzarnos por asegurarnos de que nuestro matrimonio está cumpliendo con los propósitos de Dios. ¿Cuáles son esos propósitos?

1. Un testimonio a los de nuestro alrededor acerca del poder sobrenatural de Dios
Dios quiere que el matrimonio cristiano muestre ante la comunidad su poder sobrenatural.Pero, ¿cómo se muestra ese poder en la vida de una pareja?La tendencia humana es ser egoísta e interesarse en uno mismo primero. En el matrimonio se requiere del poder sobrenatural de Dios para que yo pueda preocuparme siempre más por el bien de mi esposa que por mis propios intereses. Se requiere del poder de Dios para ayudar a mi esposa a  bañar a los La tendencia humana es ser egoísta e interesarse en uno mismo primero. En el matrimonio se requiere del poder sobrenatural de Dios para que yo pueda preocuparme siempre más por el bien de mi esposa que por mis propios intereses. Se requiere del poder de Dios para ayudar a mi esposa a bañar a los niños cuando me gustaría más salir a platicar con mis amigos. Requiere del poder de Dios para trabajar duro todos los días para proveer para mi esposa en vez de hacer lo que me gusta.Y mi esposa requiere del poder de Dios para apoyar la convicción que Dios me ha dado a mí en cuanto a disciplinar a nuestros hijos,aun en los casos en que ella no esté de acuerdo conmigo. Requiere también del poder de Dios para proteger a nuestros hijos de las influencias dañinas, cuando sería más fácil dejarlos correr por donde ellos quieran.En el caso del marido incrédulo e irresponsable,se requiere mucho poder de Dios en la vida de la esposa, para que pueda sujetarse a él en silencio y sin “predicarle”. Ése es el testimonio más fuerte que ella puede dar: “Asimismo vosotras,mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa” (1 Pedro 3.1–2).Dios quiere mostrar por medio de un matrimonio armonioso su poder sobrenatural.¡Qué testimonio más fuerte ante el mundo!(Véase Tito 2.4–5.)

2. Mostrar ante la comunidad la relación que hay entre Jesús y su iglesia
 Encontramos la explicación de esa relación en Efesios 5.22–23. Fíjase en lo que Jesús hizo por nosotros: Se entregó a sí mismo hasta la muerte para santificarnos, purificarnos y presentarnos a sí mismo perfectos. El marido fiel en su vida diaria le muestra al mundo lo que esto significa.Él sacrifica sus propios intereses y placeres con el fin de proveer por el bien de su esposa, afirmando que es la compañera perfecta que Dios le ha dado aunque sea imperfecta. ¡Qué seguridad leda esto a su esposa! ¡Qué gran testimonio más práctico ante el mundo del amor de Cristo para con nosotros! Marido, ¡tú debes sacrificarte por el bien de tu esposa aun cuando ella no te sea fiel! Así hizo Cristo. Fíjase también en la reverencia que tiene la iglesia para con Cristo. En Efesios 5.22–24 nos dice que Cristo es la cabeza de la iglesia,y la iglesia está sujeta a él. La esposa fiel muestra al mundo lo que esto significa en la vida diaria. Ella respeta a su esposo como su cabeza, permitiendo que él dirija en todo, aun cuando él no esté muy dispuesto a dirigir. ¡Qué motivación le da esto al marido para cumplir con su responsabilidad! ¡Qué testimonio tan práctico de cómo el verdadero pueblo de Cristo se sujeta a él! Dios es fiel.
Él siempre cumple sus promesas.Dios le dijo al pueblo de Israel: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti” (Isaías 49.15 ).En los votos del matrimonio, la pareja se promete fidelidad el uno al otro en tiempos difíciles así como en los tiempos cuando todo marcha bien.Pero cuando enfrentan algún desacuerdo, muchos se justifican para ser infiel a su cónyuge. ¡Cuántos pretextos se presentan para probar que la razón de que todo se desbarató fue por la culpa del cónyuge! Sin embargo, la infidelidad al cónyuge siempre es infidelidad matrimonial. Y ¡cómo se duele el corazón de Dios cuando mostramos ante la comunidad un testimonio torcido de su carácter fiel! Hasta le repugna tener que escuchar nuestros pretextos. Fíjase en los siguientes testimonios bíblicos de la fidelidad de Dios.
• “Jehová, (…) tu fidelidad alcanza hasta las nubes” (Salmo 36.5).
• “Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea” (Salmo 89.8).
• “Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová” (Oseas 2.20).
• “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1 Tesalonicenses 5.24)
.• “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo2.13).
• “Fiel es el que prometió” (Hebreos 10.23).

En medio de una sociedad que sólo presenta pretextos en cuanto a su responsabilidad matrimonial, ¿se mantendrá usted fiel a su cónyuge, sin importarle cómo le trate a usted?
Anteriormente hablé del hombre que estimaba más su propia lógica que la voz de Dios. Cuando llegamos al final de nuestra conversación, pues hablamos durante varias horas, su actitud y espíritu habían cambiado. No digo que había cambiado de opinión, pero ya no estaba tan aferrado a sus propias ideas. Al despedirnos, noté que había en él cierto deseo de continuar la conversación. Mi oraciónes que él haya podido ver en mi matrimonio la evidencia de un poder sobrenatural, un poder que solamente puede manar de Dios. De ser así, nuestro matrimonio no habrá sido en vano.


Parte 2: El divorcio
La Biblia dice:
No seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio (Malaquías 2.15 –16 ).En la parte anterior se explica que el plan de Dios para nuestro matrimonio es que represente la fidelidad de Dios aquí en la tierra. Esto se hace real cuando, como cónyuges, nos entregamos únicamente el uno al otro, pase lo que pase, hasta la muerte. En tal cuadro obviamente no cabe el divorcio. En gran parte, el mundo evangélico estaría muy de acuerdo en que el divorcio no es bueno. Sin embargo, cuando se trata de matrimonios con problemas, sea el propio o el de conocidos,yo encuentro que muchas veces las personas tienen una serie de excusas para justificar los divorcios que hay entre ellos. En la primera parte de este artículo le llamamos a esta actitud la “cultura de la indiferencia” con relación a los mandamientos de Dios. Nuestra oración a Dios es que él pueda usar esta parte acerca del divorcio para que se efectúe un cambio, primero en nuestra propia vida personal y luego a nivel familiar, congregacional, e incluso nacional,cambiando nuestra “cultura de indiferencia” a una “cultura de atención” a lo que Dios manda.
Pues, ¿qué nos manda Dios en relación con el divorcio?
En primer lugar, pongámonos de acuerdo sobre un punto muy esencial: Dios aborrece el divorcio. Él así lo dice en Malaquías2.15 –16 . Dios aborrece cualquier infidelidad a los pactos o contratos que hayamos hecho.¿Cómo no va a aborrecer también la infidelidad a los votos matrimoniales? En esto está de acuerdo casi todo el mundo religioso, ¿verdad? A nadie le gusta el divorcio.Pero no siempre estamos en el mismo parecer cuando surgen situaciones matrimoniales difíciles.Por ejemplo, si mi cónyuge incumple su parte del contrato matrimonial, ¿me libera esto para invalidar mi responsabilidad también? ¿Existen situaciones en que Dios bendice a los que están bajo divorcio? Y si existen, ¿cuáles son?Para contestar estas preguntas, trataremos de despegarnos de todas las emociones y toda la polémica que siempre acompaña este asunto.Queremos entender con claridad cuál es el corazón de Dios para su pueblo con respecto a esta cuestión.

A. ¿Por qué aborrece Dios el divorcio?
Hemos visto que Dios aborrece el divorcio. Pero, ¿por qué lo aborrece? ¿Qué hay en el corazón de Dios que lo hace sentir tanta repugnancia para el divorcio? Primero, es porque…

1. El divorcio rompe el significado simbólico del matrimonio
Dios nos ha dicho que la relación del matrimonio simboliza la relación entre él y su pueblo. Note que al leer Malaquías capítulo dos, aun es difícil ver cuáles versículos hablan de la relación entre el hombre y su mujer y cuáles de la relación entre Dios y su pueblo Israel. Esto es porque ambas relaciones son muy semejantes. En ambos casos, Dios exige la fidelidad absoluta.
¿Qué tal nosotros, los maridos? ¿Vivimos nosotros con nuestra esposa de tal forma que representamos sinceramente la fidelidad de Dios para con su pueblo? Y ustedes, esposas,¿reflejan la fidelidad del verdadero pueblo de Dios para con él en la manera en que viven con su marido?
Dios siempre cumple sus promesas. La Biblia dice que él no puede mentir. La fidelidad de Dios es una parte integral de su carácter. Es la verdadera expresión de su persona.En fin, Dios aborrece el divorcio porque constituye una burla descarada ante el mundo conrespecto a la fidelidad de Dios. Además, Dios lo aborrece porque…

2. El divorcio es un intento de separarlo que Dios juntó
En Mateo 19.3 los fariseos le preguntaron a Jesús: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” Jesús les respondió en los versículos 4–6: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre,y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
Efectivamente, ante Dios el divorcio no deshace el lazo matrimonial, pues Romanos 7.1–3 dice que el matrimonio es de por vida. Pero ante los ojos de los hombres, el divorcio sí deshace el matrimonio. Los cónyuges divorciados viven separados, desafiando de esa manera al Dios altísimo que los creó y los juntó en una sola carne. ¡Esto no debe ser!
Además, Dios aborrece el divorcio porque…

3. El divorcio demuestra otro espíritu que no es de Jesús
Jesús vino a este mundo como Príncipe de paz. Pedro escribió esto acerca de lo que Jesús hizo mientras andaba en la tierra: “Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2.23).Luego, el apóstol nos amonesta en 1 Pedro 4.19:“De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador,y hagan el bien”.

Por lo general, el divorcio es directamente contrario a este espíritu que demostró Jesús.El divorcio es una reacción. Sólo mencionarle la posibilidad del divorcio a su cónyuge es amenazarlo. El divorcio clama: “Yo tengo el derecho a vivir mi propia vida como yo quiera vivirla”. Por eso, Dios aborrece el divorcio.Además, lo aborrece porque…

4. El divorcio priva a los hijos de un ambiente seguro
Los especialistas muchas veces están equivocados, pero en lo que voy a decir, creo que están en lo correcto. Ellos dicen que los hijos de los padres divorciados tienden a la delincuencia. Son más propensos al robo, al homicidio y a un sin fín de crímenes. Las calles y las cárceles están llenas de jóvenes delincuentes que son producto de hogares despedazados por el divorcio. Satanás saca ventaja y oprime cada vez más a estos jóvenes con los lazos del vicio. ¿Cuántos desventurados acabarán en el infierno como resultado de la decisión de sus padres de divorciarse?
No sabemos. Pero las siguientes palabras de Jesús acerca de los que hacen tropezar a los“pequeños” deben alarmarnos: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mateo 18.6). Dios aborrece el divorcio porque hace tropezara los hijos. Además, Dios lo aborrece porque…


5. El divorcio engendra más divorcio
 No hace tantos años que el divorcio casi no se conocía en las Américas. Pero, ahora es una práctica desenfrenada. Se dice que de cada cien matrimonios, aproximadamente unos cincuenta terminarán en divorcio.
¿Por qué ha cambiado tanto este tema desde la época de mis abuelos? ¿Será que ahora hay menos religión de la que había en ese tiempo?
No, no lo creo. Los Estados Unidos, por ejemplo,sigue siendo un país bastante religioso. Y lo que es peor, las estadísticas demuestran que en las regiones más religiosas de este país el índice de divorcios es más alto que en las menos religiosas.

¿Será que hoy día la gente se esfuerza menos que antes por salvar los matrimonios? Tampoco lo creo. Lo cierto es que nunca se han visto tantas instituciones que ofrezcan orientación matrimonial como en la actualidad. A nadie le gusta el divorcio.

¿Será que ahora es más fácil tramitar y obtener un divorcio? Sí, es más fácil, y estoy seguro de que esto es un factor determinante en la causa del aumento de las tasas del divorcio. Sin embargo, no creo que sea el factor principal,porque hay iglesias cristianas actuales que viven bajo las mismas leyes fáciles del estado y están completamente libres del azote del divorcio.¿Por qué? Porque no permiten que el divorcio eche raíces en sus congregaciones y por eso no puede reproducirse.

El divorcio corre tan desenfrenadamente hoy día porque la generación actual está cosechando lo que sembraron sus padres, y es una cosecha bastante amarga. La generación anterior y la que la antecedió sembraron el divorcio al abrirla puerta (aunque inicialmente la abrieron sólo un poquito) a la idea de que el divorcio es una opción en el caso de matrimonios difíciles. Lo que hoy vive nuestra generación es testimonio de la veracidad de la Biblia cuando dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”(Gálatas 6.7).

Existe también otra manera en que el divorcio engendra más divorcio. Dios instituyó el pacto matrimonial para la seguridad emocional de los cónyuges. ¿Qué sucede si surgen disputas entre esposos y ambas partes saben que si no pueden llegar a un acuerdo, queda la opción del divorcio? Sin ningún lugar a dudas, tal posibilidad le quita a los cónyuges la seguridad misma que el pacto matrimonial debería darles en medio de las dificultades.

Pensemos ahora en la próxima generación. Se dice que los hijos de padres divorciados se divorcian con más regularidad. De aquí a veinte años, ¿qué pasará con los matrimonios de nuestros hijos? ¡Volvamos, pues, a Dios!¡Clamemos a él por su misericordia! ¡Dejemos de traicionar a nuestros cónyuges y a nuestros hijos!

B. Pero, ¿será que Dios aborrece todo divorcio?
En Mateo 5.32 y 19.9 Jesús dijo unas palabras que han sido motivo de numerosas disputas en el mundo evangélico. En Mateo 5.32 dice: “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere”. Aquí presento tres maneras de interpretar esta frase “a no ser por causa de fornicación”:

Interpretación #1: Algunos creen que la frase“a no ser por causa de fornicación” se refiere a la costumbre de las parejas judías de desposarse o comprometerse el uno al otro unos meses antes de la boda. Durante ese período de desposorio,la gente se refería a ellos como “marido” y“mujer”, aunque aún no vivían juntos. En tal caso, si se hallaba que la mujer le había sido infiel a su “esposo”, él no debía casarse con ella,sino que hacían un divorcio legal para anular el compromiso de desposados. Todo esto era antes de consumar el matrimonio. Considere el caso de José y María, los padres de Jesús.Ya que María se halló embarazada antes que ambos vivieran juntos, José creía que ella había cometido fornicación y pensó repudiarla (véase Mateo 1.18–25).

Interpretación #2: Otros creen que esta frase trata la situación donde uno de los cónyuges vive en la práctica de la fornicación, y que en tal caso el cónyuge fiel se volvería partícipe del pecado si siguiera viviendo con él.

Interpretación #3:Aun otros creen que esta frase le da derecho al cónyuge “inocente” a divorciarse del otro cónyuge por casi cualquier infidelidad matrimonial. Miles de “cristianos” se han aprovechado de esta interpretación para así justificar su propio divorcio.

Ahora bien, en realidad, ¿qué quiso decir Jesús con la frase “…a no ser por causa de fornicación”?
Considérela de esta manera. En Mateo 19 los fariseos le habían preguntado a Jesús: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” En su respuesta, Jesús claramente estableció una norma mejor que la de la ley o el permiso de Moisés, pues dijo que “por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así”.Pero sucede que hoy día muchos se aprovechan de la frase de Jesús, “a no ser por causa de fornicación”, permitiendo aun más divorcio que lo que permitió Moisés. ¡Abundan los pastores que no sólo permiten el divorcio, sino que hasta aconsejan a sus miembros a que se divorcien.

Además, hoy día muchas iglesias permiten que las mujeres se divorcien de sus maridos. ¡Esto ni Moisés lo permitió! Toda referencia al divorcio en el Antiguo Testamento se refiere al marido que se divorcia de su mujer. No hay excepción alguna. (Busque en su Biblia si no lo cree.)

Las interpretaciones uno y dos concuerdan más con la enseñanza general de Jesús, así como con las demás escrituras sobre este asunto. La interpretación número uno es muy común entre los anabaptistas conservadores de hoy. La interpretación número dos es la que comúnmente abrazaron los primeros cristianos después de los apóstoles. La interpretación número tres es un instrumento en las manos de Satanás para obrar en contra de Dios.
Con todo, si en algunos casos Jesús permitió la separación, nunca hallamos que él permitiera las segundas nupcias a menos que uno de los cónyuges haya muerto.


Parte 3: LAS SEGUNDAS NUPCIAS

La Biblia dice:Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio (Marcos 10.11–12).
Hasta aquí hemos tratado del matrimonio y el divorcio. Hemos hablado en cuanto a lo que denominamos una “cultura de indiferencia” a lo que Dios dice con respecto al matrimonio y el divorcio. Dicha cultura la hemos creado nosotros mismos… y la confusión matrimonial en que nos encontramos ahora es producto de la misma.
Al decir “cultura de indiferencia” nos referimos a nuestra manera de pensar, hablar y actuar cuando enfrentamos dificultades matrimoniales.Por ejemplo, casi todas las personas que se llaman “cristianas” asienten a la verdad que el matrimonio es de por vida. Sin embargo, tan pronto se hallan hundidos en problemas matrimoniales difíciles de resolver, muchos presentan pretextos por los que esperan encontrarla manera de disolver su matrimonio antes que Dios lo disuelva con la muerte. Todo parece indicar que una gran mayoría cree que lo que Dios dice se puede cambiar de aquí para allá para adaptarse a su situación. Esto es a lo que llamamos toda una “cultura de indiferencia” a los mandamientos de Dios.

En esta parte de este artículo voy a tratar acerca de las segundas nupcias. Pero antes de continuar con esta parte, vamos a repasar once puntos principales que vimos acerca del matrimonio y el divorcio:
1 . Cuando atendemos a las instrucciones de Dios, habrá paz, amor, placer y fidelidad en el matrimonio.
2. Dios quiere que nuestro matrimonio sea un testimonio a la comunidad acerca del poder sobrenatural de Dios en las relaciones humanas.
3 . Dios quiere que nuestro matrimonio sea un ejemplo de la relación entre Jesús y su pueblo.
4. Dios quiere que nuestro matrimonio sea una demostración del carácter de Dios.
5 . Dios aborrece el divorcio porque rompe el significado simbólico del matrimonio.
6 . Dios aborrece el divorcio porque separa lo que Dios juntó.
7. Dios aborrece el divorcio porque muestra un espíritu ajeno al de Jesús.
8. Dios aborrece el divorcio porque priva a los hijos del ambiente seguro que necesitan para su desarrollo.
9 . Dios aborrece el divorcio porque el divorcio engendra más divorcio.
10. Estas palabras de Jesús que se han hecho populares en boca de muchos, “a no ser por causa de fornicación” (Mateo 5.32 y 19 .9),no le dan derecho al cónyuge “inocente”a divorciarse de su pareja y casarse con otro.
11 . Si en algunos casos de infidelidad conyugal Jesús dio lugar a la separación, nunca hallamos que él permitiera las segundas nupcias mientras el cónyuge anterior todavía estaba con vida.

Este último punto es el que trato de abordar ahora. Así que, ante todo veamos cuáles son las propias palabras de Jesús y del apóstol Pablo sobre este tema: Mateo 5.32 (Jesús dice): “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.”

Mateo 19.9 (Jesús dice): “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera;y el que se casa con la repudiada, adultera.”Marcos 10.11–12 (Jesús dice): “Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.”Lucas 16.18 (Jesús dice): “Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.”Romanos 7.2–3 (escribe el apóstol Pablo):“Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere,es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.”1 Corintios 7.10–11  (escribe el apóstol Pablo): “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa,quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.”¡Todo está muy claro! A menos que muera el cónyuge de uno, casarse de nuevo queda completamente prohibido por el Nuevo Testamento. (Si encuentras algunos versículos en el Nuevo Testamento que expongan lo contrario a estos que aparecen aquí, por favor, escríbelos y envíanoslos.)

Sin embargo, muchos de nosotros  conocemos a personas que se han casado por segunda vez,estando aún vivo su cónyuge anterior. ¿Qué hacer en tales casos? En muchos casos estas segundas nupcias ya han producido familias enteras. Existe el caso de jóvenes que se casan por capricho, viven como marido y mujer por un tiempo y luego deciden separarse al concluir que no debían haberse casado. Lo cierto es que muchas de estas personas obtienen el certificado del divorcio civil, encuentran al cónyuge “indicado”, y viven aparentemente felices por veinte, treinta o aun cuarenta años antes de convertirse al Señor. ¿Qué deben hacer tales personas?

Conozco a personas que afirman que las segundas nupcias, aunque no debían haberse contraído, siempre son matrimonios legítimos y que por tanto no se deben deshacer. Hay iglesias que afirman que los matrimonios que se contrajeron antes de convertirse la pareja pueden ser anulados, pero cualquier matrimonio que se contrae después de la conversión es legítimo. Y también están los que reconocen que las segundas nupcias no son correctas, pero argumentan que no se deben deshacer debido aque lo malo de privar a los hijos de la seguridad de un hogar contrapesa lo malo de seguir en las segundas nupcias.

Pero a pesar de todos estos pretextos, tú te darás cuenta de que el Nuevo Testamento sigue prohibiendo las segundas nupcias.Reconozco que el Nuevo Testamento no dice específicamente qué se debe hacer cuando ya se hayan contraído las segundas nupcias. Pero igualmente reconozco que el que quiere más que todo hacer la voluntad de Dios podrá hallarla manera de hacerla, y estoy completamente convencido de que al hacerla, Dios le bendecirá tremendamente. He aquí tres razones por las cuales deben ser anuladas todas las segundas nupcias que se contraen mientras viva el primer cónyuge:

1 . La persona que se casa por segunda vez no sólo comete adulterio al momento de casarse, sino que entra a una relación adúltera. Esto se ve en Romanos 7.3 donde dice que la mujer casada “si envida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera”. Además, Jesús dijo en Marcos 10.11 –12 que el hombre que repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio contra ella; es decir,contra su mujer. Esto es cierto debido a que su primera esposa es su mujer verdadera,porque Dios los ha unido en uno (véase Mateo 19 .6). Y según Romanos 7.2–3 la única cosa que rompe esa unión es la muerte. El adulterio que se comete contra el cónyuge verdadero consiste en la relación adúltera que se mantiene viviendo en las segundas nupcias.

2. Jesús lo expuso de forma más clara en Mateo 19.6 donde demuestra que la razón por la que los cónyuges verdaderos no deben separarse es porque Dios los une en una sola carne. ¿Crees tú que Dios aprueba la unión de los que se casan por segunda vez, viendo que él mismo dice que al hacerlo ellos cometen adulterio? ¡Imposible!

3.. Continuar viviendo en las segundas nupcias sólo echa leña al fuego perverso de la“cultura de indiferencia” a lo que Dios dice.Y ese fuego está quemando las meras raíces de la sociedad y la así llamada “iglesia de Dios” en el mundo.

Para los que en este momento estén considerando casarse de nuevo mientras viva su verdadero cónyuge, les hago esta pregunta:¿Qué motivo tendrán ustedes de no hacerlo si después de todo pueden casarse, arrepentirse,confesar lo que han hecho… y seguir viviendo juntos como si fueran esposos verdaderos?

Tal acción definitivamente no constituye un verdadero arrepentimiento. Además, Dios no tiene por costumbre poner leyes y luego cuando le desobedecemos, decir: “Está bien,no importa; pueden seguir en su pecado sin consecuencia...”

Yo reconozco que es difícil anular una relación aparentemente feliz. Reconozco también que esto representa una dificultad tremenda para los hijos que han venido a este mundo como resultado de las segundas nupcias. Me han llamado loco por “interesarme más por lo que Dios dice que por el ‘bien’ de los hijos”. Pero en medio de toda la confusión y la burla he visto una persona acá y otra allá que ha salido de las relaciones adúlteras de sus segundas nupcias y,¿sabes qué? ¡Dios ha obrado poderosamente a su favor! Y la decisión tomada por estos padres ha hecho mucho bien en las vidas de sus hijos.Esos hijos saben, sin lugar a duda, que lo que Dios dice es importante y que se requiere la obediencia. Además, son testigos oculares dela abundante gracia de Dios que está obrando de una forma única y poderosa en la vida de su familia. ¡Y lo más probable es que esos hijos nunca jamás se divorcien de sus parejas cuando sean adultos! ¡A Dios le place darnos la gracia para pasar por las dificultades que tenemos que enfrentar al dejar de pecar y al empezar a caminar con él!

Amigo lector, si tú te encuentras enredado en una relación adúltera, ¡ten ánimo! Dios tiene un camino por donde tú puedes caminar haciendo su voluntad. Y ese camino, por difícil que sea,te llevará a la vida eterna. Recuerda, el mejor camino muchas veces no es el más fácil. ¡Pero siempre es el mejor! Es el mejor camino para el bien de la sociedad; es el mejor camino para el bien del pueblo de Dios; es el mejor camino para el bien de la generación que nos sigue; es el mejor camino para los hijos que se encuentran en medio de la confusión que muchos han creado;y ¡es el mejor camino para todos! Por favor,escoge el mejor camino. No adoptes el criterio de los necios que rechazan el mejor camino sólo porque es más difícil que el camino que les lleva directo al infierno.

Si tú decides que vas a dejar atrás la “cultura de indiferencia” a lo que Dios dice y vas a empezara ponerle atención a Dios, te aseguro que no serás ni el primero ni el único en escoger el mejor camino en lo que se relaciona con este tema.En el Antiguo Testamento, en Esdras 9 y 10, el pueblo de Dios vivía bajo leyes matrimoniales bastante diferentes de las que Jesús nos ha dado a nosotros. Sin embargo, ellos habían fracasado como lo han hecho muchos en la actualidad. No obstante, según Esdras 9 y 10, ellos fueron capaces de dejar atrás su “cultura de indiferencia”y se aferraron a Dios. Estas personas lloraron amargamente. Además, todos ellos se postraron delante de Dios y confesaron sus pecados.Todos allí sintieron mucho temor a causa del asunto tan serio en que se habían metido. Y allí mismo ellos hicieron un pacto con Dios para obedecerle a pesar del precio que tuvieron que pagar por hacerlo. ¿Qué hicieron? En este caso ellos despidieron a las mujeres extranjeras que habían tomado por esposas, contrario a las leyes de Dios. Y así apartaron de sí el ardor de la ira de Dios (véase Esdras 10.14).En este ejemplo el pecado no era de segundas nupcias, sino de tomar mujeres de otras naciones. Sin embargo, el ejemplo de un verdadero arrepentimiento y de estar dispuesto de hacer cualquier cosa necesaria para lograr la paz con Dios nos enseña un principio muy importante.

“Por favor, Dios, ¡ten misericordia de nosotros! Hemos pecado tan gravemente como Israel en Esdras 9 y 10. Confesamos que no hemos hecho caso a tu clara dirección en el Nuevo Testamento. Confesamos que nos hemos enredado completamente en una enorme masa de confusión matrimonial. ¡Hemos traicionado a nuestros hijos! Y frente a las advertencias dadas por tu Hijo Jesucristo y tus santos apóstoles,nosotros hemos persistido en nuestra rebeldía.Por favor, Dios, ¡ten misericordia de nosotros!Ayúdanos a arrepentirnos de nuestra rebeldía ya dejar de pecar para que tú puedas librarnos de las garras de la inmoralidad.”

—Rodney Q. Mast