viernes, 10 de octubre de 2014

EXAMINANDO ALGUNOS SACRIFICIOS RELIGIOSOS

“Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.” Jueces 11:30-31

“Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija. Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme” Jueces 11:34-35

Esta es la ocasión en la que los hijos de Israel fueron a solicitar ayuda a Jeftè para que subiese con ellos a la batalla contra los amonitas, aquel Jeftè al notar el poderío del ejercito de Amón tomó una medida desesperada y anti bíblica. Leamos:
“Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.” Jueces 11:30-31

Jeftè prometió a Jehová ofrecerle en sacrificio a cualquiera que a su regreso de la victoria en la batalla le saliese a recibirle. El Señor nunca le dio respuesta a Jeftè, y este subió a la batalla e Israel resultó victorioso, Jeftè cumpliría su promesa, ¿PERO A QUE PRECIO? Leemos:

“Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija. Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme” Jueces 11:34-35

Lamentablemente para aquel hombre la primera persona que salió a recibirle fue su única hija e irremediablemente la vida de la joven ya se había ofertado inconscientemente y sin aprobación del Señor.

Esta práctica pagana se ha hecho costumbres hasta nuestros días, es muy frecuente ver personas cumpliendo como popularmente se conoce como “promesas·; estas prácticas van desde andar arrodillado por largos recorridos, introducirse piedras en los zapatos e inclusive en altos niveles del satanismo el sacrificio humano y animal son frecuentes. Pero esto es totalmente rechazado por la escritura, Dios conoce nuestras necesidades y no necesita ningún sacrificio ni soborno para cumplir lo que prometió; como en el caso de Jeftè en vez de llevar bendición a su hogar, fue maldición lo que acarreó. Hoy líderes religiosos y entre ellos muchos pseudos ministros evangélicos se han aprovechado del desespero de las personas para sacarles alguna posesión material o para inducirla a hacerse miembro de la secta que ellos profesan.

Amado hermano y amigo, Dios solo quiere tu corazón; el que entregues tus pertenencias, el que dejes de comer o el que le enciendas velas a alguna imagen para nada moverán al Señor a socorrerte; al contrario a tu problema le estarías añadiendo el pecado de la idolatría.

Se despide en El Señor tu amigo y Hno. David Criollo

No hay comentarios:

Publicar un comentario